domingo, 30 de marzo de 2014

Subida al Corral del Diablo. 23-03-2014.

 Llegada a la Nava del Barco.
 
 
 

El domingo 23 de marzo de 2014, realizamos la ruta que va desde la Nava del Barco al Corral del Diablo, en esta bonita ruta, podimos disfrutar del entorno maravilloso por el que discurre, de lo que ustedes, también podrán disfrutar por las imágenes que le mostrare más adelante. Pero como por mi parte es costumbre, antes de esto les contare algo de las tradiciones que por esta tierras se llevaban, siendo en este caso un bonito romance que he encontrado del cual cuenta lo siguiente Andrés Martín:

 

Hubo una época en la que las distracciones domésticas no consistían en vivir pegados a una pantalla. En aquellos tiempos, no tan lejanos para muchos, las sobremesas se hacían en torno a las grandes chimeneas de las antiguas casas de piedra.

Calientes de frente y helados de espaldas, los niños escuchaban lo que los adultos les contaban. Cantares, leyendas, juegos, todo tenía cabida en esos momentos, que debieron ser especiales, pues eran los únicos que las largas jornadas de trabajo diario dejaban para vivir en familia.

Entre las historias que se contaban, destacan algunos romances transmitidos de generación en generación, sobre todo de abuelas a nietas y de madres a hijas. Son romances medievales que podrían estar circulando por estas tierras, precisamente desde la época en que se crearon. Esto debe ser así, debido al hecho de que nos han llegado gracias a la transmisión oral, única vía de supervivencia para estas manifestaciones en un medio que hasta no hace mucho habitaban campesinos analfabetos (que no incultos).

El  romance con el que me he topado es el de Don Jerónimo Morales.

 

 

ROMANCE DE DON JERÓNIMO MORALES

 

En Burgos, ciudad en sí rica, populosa y grande,

cuya claridad despide destellos en grandes cristales,

en esta ciudad vivía Don Jerónimo Morales,

caballero noble y rico, de esclarecido linaje.

Este tal se enamoró de una dama cuyo arte,

cuyo grabo y hermosura es envidia de deidades.

Tanto se quieren los dos, que noche, mañana y tarde

les tira el amor saeta, repartiendo en ambas partes.

Sin darse cuenta su dama, Don Jerónimo Morales

determinó de pedirle para con ella casarse,

pero Don Pedro Zarzuela, que es de aquella dama el padre,

llegan a pedirla y dice pues mi señor, que no place,

yo también fuera dichoso, pero no quiere su madre,

ni tampoco sus hermanos, que no quieren que se case.

Se retiró el caballero más corrido que  cobarde,

diciendo “Señor, le estoy muy agradecido, y en que le sirva, me mande”,

y en un discreto papel, a Doña Andolfa dio parte,

ella contestó al instante: “No te detenga el dictamen;

para la noche a las doce hablaremos donde sabes”.

A la hora convenida, estuvo allí vigilante

y le dice “muy bien sé que me has pedido a mis padres,

mas la razón que te han dado, muy bien la sé

mas no es fácil, estorban tu gusto y mío

y también mi padre y madre

prevente luego de armas, para mañana a la tarde,

que a la huerta de las flores, quieren ir a recrearse.

Previno dos carabinas, ocupándola en parte

debajo de sus vestidos para guardia de su amante.

Al día siguiente fueron a la huerta a recrearse,

pero ya ocupaba un puesto Don Jerónimo Morales.

Los hermanos que le ven, se revisten de coraje

y a él se van como fieras, diciéndole: “¡Vil!, ¡infame!

hoy has de morir aquí, sino, que el cielo te vale”

Don Jerónimo responde: “Poco soy y a que esto baste,

porque queréis apartar de mí, clara vista a un ángel”.

De los tres derribó a dos, revolcándose en su sangre,

y el otro viéndose solo, y que lloraba su madre

dice “Perdida es mi vida, porque tu rigor es grande,

y veo que tu justicia acaso importa y vale.

Perdón te pido si acaso te sirves de perdonarme

y que emires por mi hermana que es de noble y leal sangre”.

“Sí lo haré pues que me toca, y así la Virgen me ampare,

me ayude y me favorezca como una esposa admirable,

y montando en una yegua, que volaba por el aire,

por poner la prenda en salmo para con ella casarse,

apenas había andado dos leguas, y no cabales,

cuando un mortal accidente le dio la vida remate.

Allí, echa mil juicios, allí dice: “Mi linaje,

mi honra, crédito y casa, perdido que aquesto hace,

porque muerta esta mujer, a mí han de acumularme.

El alma diera al demonio, de buena gana al instante,

puesto que de estos peligros, que estoy metido me saque”.

Apenas lo pronunció, cuando ya vio vigilante

un hombre de muy buen porte que se le acercó al instante,

y le dice “¿Qué me quieres?, yo soy el demonio, y baste,

como de mí te has valido, vengo a tus necesidades.

Dices que darás el alma, pues si haces escritura será fácil remediarte”.

Al punto sacó una daga y sangre en un brazo hace

y estos renglones escribe, poniendo palabras tales:

“A los demonios entrego, mi cuerpo y alma al instante,

puesto que me favorecen, en tan excesivo trance”,

mas el demonio le dice: “Tú del pecho has de sacarte,

esa reliquia que guardas, si quieres que te acompañe”.

“Eso no lo haré señor, que me condene o que me salve,

conmigo tiene que ir, pues poco peso me hace”.

Año y medio caminaron los dos por ciertos parajes,

disfrutando a su manera, sin que nadie lo estorbase,

mas estando este tal jugando  con otros dos una tarde,

le dieron tres estocadas que la menor fue bastante

para quitarle la vida a Don Jerónimo Morales.

Allí comenzó a llamar a su Santísima Madre,

mas los malditos demonios, le dicen: “Mal bolinable,

no tienes a quien llamar, pues aquí nadie te vale,

cinco mil por ti venimos, que eres nuestro, bien lo sabes.

Esta escritura lo dice, hecha de tu mano y sangre,

y cogiéndole furiosos, se lo llevan al instante

pero a mitad del camino se le apareció radiante

el Santo Cristo de Burgos y su Santísima Madre,

que es la Virgen del Pilar, los Evangelios y un ángel

y le dice: “Levanta devoto mío, tus devociones te valen,

tus ruegos te favorecen, los Evangelios y el ángel”.

Y aquí termina la historia de Jerónimo Morales,

que yo aprendí siendo niña, de la mano de mi madre

Andrés Martín

Licenciado en Historia del Arte

 

Y una vez mostrado dicho romance, paso a la exposición de las imágenes que tome durante el recorrido.

 


Algunos ya tenían la mochila a la espalda.
Parada en el 1º refugio.

Panorámica.
Observando la canal
 por donde parte del grupo iba a subir.
Otro detalle de ella.
Subiendo por ella.

Otra más de la subida.

Y otra.
Más de la misma.
Llegando a la cuerda.
 
  La garganta de la Nava.
Panorámica.

Subida a la laguna del otro grupo.

Otra de este.
Nuestra compañera Satu.
  Vamos para arriba.
Panorámica del circo del Corral del Diablo.

Debido a los calores de estas últimas dos semanas,
sus espectaculares cascadas de hielo habían desaparecido.
Laguna de la Nava.

Al fondo la cima del Corral del Diablo.
 
Observándola estaban.

Laguna de la Nava desde esta perspectiva.
Panorámica de la subida al Corral del Diablo.
Panorámica del Cancho.
  Al fondo el Almanzor y la Galana.
Subida al Corral del Diablo del otro grupo.
Mejor sitio que la nieve para sentarse “Ninguno”.
Panorámica.
Cumbre del Cerrojillo.
Jorge en ella.
Descendiendo de la laguna.
Después de más de 7 horas de marcha
 la gente se lo tomaba ya con calma.
 
 

lunes, 10 de marzo de 2014

Piornal-Arroyomolinos de la Vera. 9 de Marzo de 2014

Llegada al pueblo del Piornal.
 
 
 
 

El domingo día 9 de marzo de 2014, hemos realizado una bonita ruta, la cual ha discurrido entre el Valle del Jerte y la comarca de la Vera, más concretamente entre las localidades del Piornal pueblo perteneciente al Valle del Jerte y Arroyomolinos de la Vera, esta ultima como ya especifica su nombre en la comarca verata. El día acompaño para disfrutar del entorno, y aunque aún es invierno y las laderas de las sierra se encuentran en su letargo, el paisaje de robledales desnudos, y las cascadas de la garganta de la Desespera, nos brindaron un bonito espectáculo para nuestra vista. Y si no juzguen ustedes mismos por las imágenes que le acompaño. Pero antes quisiera exponerle un cuento que es propio de la localidad de Arroyomolinos de la Vera. Este dice lo siguiente:

En el libro “Arroyomolinos; historia, tradición y costumbres.” de Luis Martínez Terrón, se da a conocer un cuentecillo recogido en Arroyomolinos por el escritor, investigador y teósofo Don Rafael García-Plata de Osma. En él, se hace referencia al patrón de Arroyomolinos San Sebastián.

 

“En dicho pueblo tenían un santo tan viejo y deteriorado, que tomaron la resolución de sustituirlo por otro que pudiera lucirse en su fiesta anual. Pero como no querían, o no tenían dinero para hacer grandes dispendios, resolvieron encargar la obra un artífice del lugar o carpintero habilidoso. Este compró un enorme tronco de naranjo e hizo una efigie que, si no era modelo de arte, servía al menos para reemplazar con ventaja a la antigua. El vendedor del tronco del naranjo quedóse con las ramas sobrantes y con ellas compuso un pesebre que en muy mal estado tenía en su casa.

Cuando el nuevo San Sebastián fue instalado en su ermita, acudió a verlo todo el pueblo, quien se deshacía en elogios para el constructor, al par que mostraban al santo su mayor fervor.

Allí estaba también presente el vendedor del tronco y, chocándole aquella religiosidad hacia su santo, cuya procedencia le parecía tan humilde, dicen que exclamó:

 

¡Glorioso San Sebastián,

criado en mi naranjal,

del pesebre de mi burro

eres hermano carnal...!”

 

Relacionado con este cuento también se oye:

 

¡San Sebastián glorioso,

pontón de mi gallinero,

pesebre de la mi burra,

primo hermano de un ciruelo!

 

            Y una vez contado el cuentecillo, paso a exponerles las imágenes que a lo largo de la ruta fui tomando. Espero que sean de su agrado.


Al fondo las cumbres del Calvitero y la Ceja.

Otra más.

Más Panorámica.
Marcando territorio.
Entre brezos.
Otra más.

Panorámica.
De canchos iba la cosa.
 
Más que llegaban.
Y más.

Todos querían Subir.
  Paco y su pareja.
  Reagrupamiento.
Garganta de la Desespera.

Una de sus cascadas.
Más brezos.

Llegando al Mojón Blanco.
Agreste terreno.
Viendo la caída.
Otra más.
La cascada.
Son como niños.
Mirando para la Vera.
Estaba alto.

  Otra cascada.
Que miraría.
   Entre robles.
Otra cascada.
Más de la misma.
Jorge y Nacho.

  Jorge.
Comiendo.
Otra perspectiva de la misma.
Panorámica.
Otro hito.
Panorámica de la Vera.
  Recortando silueta.
Entrada a la cueva de Arroyomolinos.
  En la entrada de esta.
Tomando posiciones para la foto de grupo.
Llegando a Arroyomolinos.