Llegada a Casas del Monte.
El domingo pasado 10 de marzo de
2013, realizamos la ruta que discurría desde Casas del Monte al pueblo de la
Jarilla. Dicha ruta transito saliendo desde Casas del Monte por algunos de los
siguientes parajes: Collado de las Víboras, Castañar de los Collados, Portilla
de Majada Vieja (punto más alto de la ruta, 1.418 metros), Collado de las
Piedras Labradas y finalmente el pueblo de Jarilla. Es una ruta de inmejorables
vistas, pero quiso el tiempo no dejárnoslas gozar como hubiéramos deseado,
aunque por otro lado disfrutamos de otros fenómenos atmosférico como fue la
nieve. Cosa que podrán observar en algunas de las imágenes que tome. En si la
ruta no tiene gran dificultad, aunque por el estado del terreno como
consecuencia de las lluvias en algunos pasos sobre piedras hubo de ponerse un
poco mas de cuidado por lo resbaladizas que se encontraban estas.
En esta ocasión antes de pasar a
exponer las imágenes tomadas, déjenme que les cuente un par de leyendas de
estos parajes, y más concretamente del pueblo vecino de Casas del Monte que es
el de Segura de Toro. Dichas leyendas cuentan lo siguiente:
La Reina Mora
En Traslasierra se alza, enseñoreándose
sobre los riscos montañeses, la estratégica población de Segura de Toro, que
guarda los restos nobles de un vetusto castillo medieval, casi derruido del
todo. Alrededor de la construcción castellana se han tejido diversas leyendas,
destacando la que relaciona el origen del pueblo con una supuesta reina mora:
La Reina Mora de Segura. "Este pueblo,
aquí donde lo ve usted hoy con menos de doscientos habitantes, fue hace ya
mucho una ciudad importante que se llamó Verdeoliva. Pa que usted se
haga una idea cabal, le diré que ocupaba to lo que es ahora el pueblo y
llegaba, la laera abajo, hasta las Vegas, donde se ven muchas piedras labrás y
salen ladrillos, tejas y hasta mármol.
El castillo era mu
grande y luego le voy a decir que tenía un túnel que salía a la garganta del
pueblo, y por allí iban a beber los caballos de los moros. Entoavía se ven unas
rejas y, detrás, unas escaleras de piedra. Aquí vivió una Reina Mora, que debía
ser mu guapa, y un rey cristiano se enamoró, pero ella no le quería. Entonces
ella se escapó de la corte y se vino aquí, donde hizo el Castillo y cuando lo
terminó dijo:
-"Segurita estoy y
ya no me matareis…"
Y por lo de "Segurita
estoy" este pueblo se cambió de nombre y se llama Segura. Y lo de Toro
se lo puson luego, por el toro de piedra que tenemos, velaí, en la plaza.
Pero el rey cristiano se
enfadó mucho, se aposentó en Abadía, un pueblo que está allí abajo, que era
también mu importante de antiguo, y desde allí disparaba cañonazos, que
derribaron la torre y ella, la Reina Mora, se tuvo que esconder en los sótanos.
Como no era capaz de
matarla con los cañones, el rey cristiano encargó a su mejor ballestero que la
matase al descuido. Y el ballestero se subió a la sierra, se escondió y esperó
a tenerla a tiro. Una tarde estaba la Reina Mora sentaita en su trono, con el
balcón abierto mirando pa la sierra, y el ballestero, que estaba en el Picute,
disparó una flecha que atravesó el corazón de la Reina Mora.
Por aquí decimos que la
Reina Mora se sigue apareciendo en lo alto de la sierra, y tiene forma de
gallina encantá, que pone huevos de oro".
(Fuente oral: Segura de Toro, contada por Marcelino Blanco Rodríguez)
Se especula en los pueblos circunvecinos
que desde el Castillo, arranca un larguísimo túnel. En Jarilla comentan que se
dirigía a Cáparra y llegaba hasta el "Lindón", es decir, la calzada
romana que fija los límites de los pueblos de la Trassierra con los del alfoz
de la antigua Granada. Pero en Gargantilla y Aldeanueva del Camino afirman que
el túnel parte del Castillo de Segura y se termina en Abadía. Es una galería
profundísima, que cruza la actual carreta N-630 y tiene en su interior un
puente para salvar una garganta subterránea. Algunos informantes aseguran que
han penetrado en esta oscura galería, repleta de morgaños.
La siguiente se refiere al toro vetón de
Segura de Toro y cuenta lo que sigue:
En Traslasierra, en la vertiente contraria
al Valle, está emplazada, dominante, la bella localidad de Segura de Toro, así
llamada por la escultura de piedra que representa a ese animal, que hoy preside
la plaza mayor. Suponer huecos a esos toros de piedra es algo consustancial al
folklore hispano, pues en el anónimo "Lazarillo de Tormes" ya se
decía que sonaba en su interior un extraño ruido, refiriéndose al que está en
la cabecera del puente de Salamanca. Por los pueblos linderos del Valle corre
una graciosa anécdota sobre el toro de piedra de Segura.
Una señora de poco más de sesenta vecina
de Navaconcejo, me narra con hilaridad lo sucedido en Segura de Toro: "Ese
nombre se lo puson porque tenían un toro de piedra, que estaba caío y en el lao
había escrito este titulillo:
"El que me rodee del otro lao será afortunao".
Entonces, un día, se juntó toa la gente
del pueblo, con palancas de palo, porque antes apenas las usaban de yerro, y
echando mucha fuerza consiguieron darle la vuelta al toro. Pero, ¡menúo chasco
que se llevaron!. En vez de encontrar un tesoro, como esperaban, lo único que
vieron fue un letrero que ponía:
“Ahora que estoy volteao, me quedo más
descansao”
Los de Segura se cabrearon mucho, porque
vieron que los habían tomao el pelo y se puson a darle golpes al toro de
piedra, le arrancaron los cuernos y quedó toíto hecho cachos.
Luego ya lo han arreglao y lo han puesto en mitá de la plaza del pueblo.
Pero se le notan las costuras de los cachos, de cuando lo partieron".
Los de Segura reconstruyendo el toro, y con este ya "cosido"
(Fuente oral: C.G. Navaconcejo “Fernando Flores del Manzano”)
Y después de esto sin más demora, paso a
ofrecerles las imágenes tomadas a lo largo del recorrido.
Otra más.
Casas del Monte.
Jóvenes Montañeros.
Estos ya no son tan jóvenes.
Comenzaba a llover de nuevo.
Panorámica.
Viejo Castaño.
Otro más.
Continúa lloviendo.
Viendo el panel informativo.
Estos iban a reponer fuerzas.
Comienza a nevar.
Va arreciando.
Cada uno se resguarda con lo que tiene.
La sonrisa que no falte.
Valle del Ambroz, a la izquierda
de la imagen la
Jarilla.
Aún quedan restos de nieve en el sombrero.
Otra panorámica con el embalse de Gabriel y Galán.
Al mal tiempo, buena cara.
Llegando a Piedras labradas.
Panorámica de la nieve que había caído.
“El Monstruo de las Galletas”.
Reponiendo fuerzas.
Esa oscuridad no presagiaba nada bueno.
Panorámica de un cauce de agua.
Entre musgos nos hallábamos.
Otra más.
Ruinas de un molino.
Torrente en la garganta Perdida.