viernes, 31 de enero de 2014

Navalperal de Tormes - Bohoyo - 26-01-2014.

Preparándonos en Navalperal de Tormes.
 
 
El domingo día 26 de enero de 2014, realizamos la ruta que va desde Navalperal del Tormes a Bohoyo, discurriendo entre otros parajes, por la cuerda del Barquillo, las Lagunillas, plaza de Toros, etc. El día que tuvimos fue bueno, ya que el sol nos acompaño a lo largo de la jornada, aunque por la tarde se fue nublando, pero la verdad es que la temperatura estuvo bien para la época del año en que estamos y el enclave en que nos encontrábamos. Esto que digo, lo podrán comprobar por las imágenes que les acompaño. Pero antes de las imágenes, déjenme que les relate una corta leyenda de esta comarca de Gredos. Dicha leyenda lleva por título Leyenda del Sillón de la Reina y dice así:
 
LEYENDA DEL SILLÓN DE LA REINA
Hace mucho, mucho tiempo, cuando en Hispania habitaban los romanos, vivía en Navarredonda de Gredos y Barajas de la Sierra, un antiguo emperador romano. Este emperador se llamaba Augusto Quintus y vivía solo.
En la zona también habitaba Jimena Hernando, que era una pobre joven que vivía en el antiguo lavadero de Barajas, y tenía que trabajar duro día y noche para poder comer.
Un día se corrió la voz de que el emperador iba a construir un circo romano en lo que hoy se conoce como Piedragúa, y Jimena fue a buscar trabajo allí. El emperador se enamoró de ella nada más verla, y dijo:
Ya que te gusta tanto el circo romano, voy a luchar por ti en él. Para que veas el combate voy a construirte el sillón más grande y alto de toda la sierra.
Si gano el combate nos casaremos y serás la emperatriz de Roma.
Si pierdo solo te pido una cosa, que me entierren en la Peña Histórica”
El emperador construyó el que hoy se conoce como el Sillón de la Reina, desde el cual Jimena vio como Augusto Quintus moría en el combate por su amor.
El emperador fue enterrado en la Peña Histórica donde años más tarde se puso una cruz en su honor.
Jimena no pudo con tanto dolor, y murió arrodillada a los pies de la tumba de su amado.
Y ahora sin más dilación paso a las exposición de las fotografías:http://img1.blogblog.com/img/icon18_wrench_allbkg.png

Este ya está preparado.

  Mogota del Cervunal.
Los primeros.
Parecía que íbamos de romería.

Otra de la Mogota del Cervunal.
  Huella sobre la Cuerda del Barquillo.
Otra panorámica tomada desde la misma cuerda.
Y otra más.
Circo de las Lagunillas.
Otra más.
Y otra.

Y otra.
Ascensión desde las Lagunillas.
Mirando a los que subían.
Siguen ascendiendo.
La Galana al fondo.
Otra de la Galana con la canal de la Muesca.
   Hito helado.
Foto del grupo.
Otra más.
Otra de la ascensión.

  Y otra más.
En fila de a uno.

Más de lo mismo.
Panorámica.
  Descendiendo hacia Bohoyo.
Garganta de Bohoyo.
Al fondo la Galana cerrando el circo de Cinco Lagunas.
  Reponiendo fuerzas.
En cuanto cogen cobertura todas a mirar el móvil.
Como disfrutaba el de la bola de nieve.
Jorge.

Otra panorámica.
La montaña va quedando atrás.

Y la fatiga ya se nota en los rostros.
El de la boina, o sea sé el que suscribe,  hizo de serpa.
 
 
 
 
 

lunes, 13 de enero de 2014

Plasencia - Cabezabellosa-12-01-2014

Esperando a la salida en la puerta
del Parque de los pinos de Plasencia.
 
 
 
Ayer día 12 de enero, hemos comenzado con las actividades programadas en el calendario para el año 2.014, en esta ocasión el paseo ha consistido en la ruta comprendida entre Plasencia y Cabezabellososa, pasando por la cota del Gordo, para desde aquí descender al puerto de San Gamello, y desde este punto subir hasta el pueblo de Cabezabellosa. Un bonito paseo, para empezar a diluir los turrones y polvorones de estas pasadas fiestas de Navidad y Año Nuevo. En esta ocasión antes de llegar a la exposición de las imágenes tomadas, les voy a exponer un relato que habla sobre una tradición que los habitantes de Cabezabellosa desde hacía siglos venían celebrando, este relato esta publicado el 9 de noviembre de 2011 por P. M. Talaván y trata sobre una costumbre que se ha vuelto a recuperar en el pueblo de Cabezabellosa. Este lleva por título LA FIESTA DE LA CABRA y cuenta lo siguiente:
 
LA FIESTA DE LA CABRA
La fiesta de la cabra se celebra en Cabezabellosa el día ocho de septiembre, fiesta de la Virgen del Castillo, patrona del pueblo. Consiste en guisar al modo tradicional la carne de una “machorra” y ofrecerla a todo el que quiera acudir a la plaza después de la procesión de la Virgen. Popularmente esta fiesta se conoce desde tiempos atrás como “La fiesta de septiembre” y también, como “La fiesta de la cabra.”
                La fiesta de la cabra o de " la machorra" antes se celebraba entre la familia más o menos extensa. Se guisaba la carne de una machorra para comer juntos los tres o cuatro días que duraba la fiesta. La costumbre se fue perdiendo hasta que Luis Ovejero, alcalde en la anterior legislatura, la instituyó de nuevo y la actual alcaldesa, Puerto Peña, ha continuado este año la tradición.
                La Fiesta de la Cabra o de “la machorra” es un rito de celebración, que, como todos los ritos, aparece unido a un mito y en este caso el mito es la cabra. La celebración de un rito mantiene unas características concretas y sencillas: reunión de personas para celebrar algo alguna ceremonia que se cierra con una comida. El rito de la misa guarda exactamente esas características: reunión, celebración y comida: la comunión es la ingesta del Cuerpo de Cristo. Hay muchos más ejemplos: las bodas, cumpleaños, la matanza del cerdo, etc...
                Los ritos de celebración perduran en el tiempo y se repiten con una cadencia temporal exacta: la fiesta de la cabra se repite cada ocho de septiembre. Y tiene sentido esta fecha por diversas razones: septiembre es un mes de transición, se acaba el verano y comienza en otoño. El verano en Cabezabellosa es generoso: se recoge heno, cerezas, ciruelas, patatas, tomates, calabazas, pero el otoño también es generoso: quedan frutos más tardíos como las uvas, las castañas, las nueces las bellotas y siempre el ganado por medio. Esta primera semana de septiembre es propicia para descansar y celebrar fiestas. Cabezabellosa es un pueblo eminentemente ganadero en general y cabrero en particular.
                La fiesta de la cabra o de la machorra se podría celebrar cualquier otro día, pero se celebra el ocho de septiembre, día mariano. Hay fiestas a la Virgen de Guadalupe, a la del Castillo, a la de Covadonga... por citar algunas. Casi todas estas vírgenes se aparecen a cabreros.
                La Virgen del Castillo también se presenta a un cabrero. El hombre, siguiendo a una cabra que se ha metido entre los canchos, ve una muñequina y se la trae en la morrala para su hija, pero cuando quiere dársela a la niña la imagen no está allí. Al día siguiente vuelve y encuentra de nuevo a la muñeca en el mismo lugar. Se dice a sí mismo, “¡Se me olvidaría ayer, pero hoy me aseguro de que me la llevo!” De nuevo, cuando llega a casas, la virgen no está en el morral. Se extraña y al día siguiente repite el careo de las cabras y la misma cabra se vuelve a meter entre los mismos canchos y allí está la virgen. El hombre lo cuenta y el cura del pueblo habla de milagros y apariciones.
                Este mito, que procede más o menos del siglo doce en casi todas ubicaciones de ermitas marianas, se repite en el siglo veinte con la aparición de la Virgen de Fátima en Portugal. Los tres niños, dos niñas y un niño, también apacentaban ganado.
                La ermita de la Virgen del Castillo se ubica en el cerro de la Cabeza o del Castillo. Es el cerro más visible desde las llanuras del Valle del Ambroz y al mismo tiempo guarda a Cabezabellosa de miradas indiscretas. El cerro por sus características es un buen lugar para el pastoreo de cabras y un buen lugar para esconderse entre los canchos y otear el valle. Se unen todos los elementos del mito. El mito está servido.
                En cierta ocasión, con motivo de un viaje cultural con mis alumnas al alto Tajo, visitamos las instalaciones de la Virgen de la Hoz que se encuentran muy cercanas a Molina de Aragón, en Guadalajara. Es un enclave abrupto semejante a nuestro Cerro de la Cabeza, sólo que La Virgen de la Hoz tiene su ermita en un rellano más amplio rodeado de cerros. Mantenía cierta amistad con el sacerdote que atendía el santuario porque es hermano de una compañera de trabajo. El cura nos contaba la historia de la aparición de la Virgen de la Hoz, similar a la historia de la Virgen del Castillo y a la de Guadalupe. Le pregunté por qué las vírgenes se aparecen siempre a pastores. La respuesta me sigue pareciendo brillante y muy correcta: “Porque por estos andurriales no se le ocurre venir a ningún ejecutivo de grandes empresas ni a ningún director general, por aquí vienen cabreros y pastores de ovejas, por tanto se les tendrá que aparecer a ellos.” Me convenció totalmente. He aquí la explicación del mito.
                Pero concurren más circunstancias la Fiesta de la Cabra también se conoce con el nombre de “La Fiesta la machorra.” Tiene su explicación. Machorra en general significa hembra estéril. El diccionario de María Moliner afina más añadiendo el significado de “cabra u oveja que se mata para comerla en alguna festividad.” Como la segunda acepción es muy clara no necesita ningún comentario, pero sí el concepto de “machorra” entre los cabreros.
                Las cabras de hatajo vivían al rededor de ocho años. A esa edad se las sacaba del corral y se las vendía al carnicero: la saca. Cada año se agregaban al hatajo tantas chivas como cabras viejas había que quitar. La edad juvenil de las cabras contempla tres etapas: el primer año de vida se las llamaba chivas, el segundo, chivarras y el tercero, chivatas. A partir de ahí ya son cabras adultas.
                Cuando son chivas –menores de un año -alguna que otra se cubre, pero no es lo normal. El tiempo de gestación de las cabras es de cinco meses. Una berrea se produce en septiembre u octubre, para que paran en febrero o marzo, y la segunda a partir de mayo, para que paran las cabras en octubre o noviembre. Las crías que nacen en otoño son las tempranas y las que nacen en primavera las tardías.
                Había chivarras, ya con un año cumplido, que en otoño no empreñaban, y se esperaba hasta el verano. Si en verano tampoco se tomaban se las consideraba machorras y entraban en la lista de la saca. Algunas de estas machorras se guardaban para la fiesta de septiembre, la de la Virgen del Castillo y por tanto “la Fiesta de la cabra” y “la Fiesta de la machorra” Estas cabras eran jóvenes, de carne tierna y, como permanecían horras se hallaban gordas, lustrosas y buenas.
                El ritual: traer la cabra, beber vino, sacrificarla, preparar la carne, beber vino, todo ello con revuelo de familiares: abuelos, padres, mozos y mozas, muchachos y muchachas, niños y niñas, tíos, primos y demás allegados, todo ello regado con vino. Ceremonia de reencuentro familiar.
                La innovación de Luis Ovejero y Puerto Peña mantiene todos los elementos del rito y el mito, pero en vez de que la cabra sea sólo familiar, se extiende el rito de comer juntos a todos los bellosos y visitantes.
 
Y ahora aquí les quedo una serie de imágenes que tome durante el recorrido.

Plasencia va quedando atrás.
Caminando por los parajes de Valcorchero.
Ermita de la Virgen del Puerto (Patrona de Plasencia).

No crean que todos pasamos como ella.
Algunos nos quedamos atorados.

Esperando.
Camino del Gordo.

Otra más. Solo féminas.
Viejos robles.

  Piedra “Caballera” en la subida hacia el Gordo.
Conforme ascendíamos la niebla nos iba envolviendo.
Foto familiar.
Estamos en el Gordo.

Jorge.

El grupo en el punto geodésico del Gordo.
Descenso.
La niebla se despeja.
Cabezabellosa en la falda de la sierra.
Más robles centenarios.
  El Valle del Ambroz.
El Valle del Jerte.
  Llegando a la antigua venta de el Lobo,
en el puerto de San Gamello.
Parte del Grupo.

Otra más.
Ascendiendo hacia la localidad de Cabezabellosa.
Atrás entre la niebla queda el Gordo.
Antiguo lagar Vetón. Pueblo que habito estas tierras.
  Transitando por las calles de Cabezabellosa.
Después del paseo y el cafetito caliente, la gente sonriente.