Pueblo
de Riomalo de Abajo.
Senda de la Verea de los Pescadores.
En
el término municipal de Riomalo de Abajo, alquería de las Hurdes perteneciente
al municipio de Caminomorisco, se ha habilitado y señalizado una bonita ruta
senderista, con el peculiar nombre de la Senda
de la Verea de los Pescadores. El o los que le hayan asignado tan
pintoresco nombre sabrán el porqué de este, ya que yo no sé el motivo de él, me
imagino que es porque parte del recorrido, discurre por un tramo que utilizan
los pescadores para acceder al embalse a practicar la pesca. Pero bueno de
porque es o porque no es, no es lo que en realidad nos interesa. El particular
interés de esta pequeña ruta es el lugar por donde discurre, su recorrido es
una verdadera maravilla, que alegra la vista y reconforta el espíritu.
Es
una ruta que por su trazado y recorrido está recomendada para cualquier
persona, eso sí; que no tenga ninguna deficiencia física digna de mencionar. El
trazado de esta discurre por pistas forestales, sendas que se han habilitado
para facilitar el tránsito por ella y parte del antiguo camino de La Verea de
los Aceituneros. Es de una dificultad mínima, a excepción de un pequeño tramo
de cortafuego que hay que subir, el cual tiene una pendiente bastante
pronunciada, pero tomándoselo con calma no representa dificultad ninguna. El
recorrido de esta ruta que es circular asciende a 7.300 metros. Se sale del pueblecito de Riomalo de Abajo y se
vuelve a él. Es ideal para hacerla tanto en grupos como solo, o en plan
familiar. Y después de pasar un buen rato regalándole a nuestra vista los
inmejorables paisajes que veremos al transitar por ella, una vez de vuelta en
Riomalo de Abajo pueden aprovechar para reponer fuerzas regalándole esta vez a
su estomago una buena comida, ya que en este pueblecito se come de maravillas.
A
continuación les mostrare una serie de fotografías de por donde discurre esta
pequeña ruta. Pero antes de esto permítanme que les relate una de las muchas
leyendas que aun circulan por estos parajes agrestes y recios que son la Hurdes
en este caso les contare la del MACHO
LANU que dice así:
EL MACHO LANUDO.
Cuentan los
ancianos de Las Hurdes, viejas historias que tienen como reales bajo nombres y
testigos. De hecho pocas son las personas de este encantado lugar que no hayan
tenido algún encuentro con lo sobrenatural. Una de las más famosas, habla del
Macho Lanudo, que tienen como una de los grandes mitos de Las Hurdes. Se dice
que si alguien en el bosque o en el campo se topa con el Macho Lanudo, debe
huir de inmediato y jamás quedarse contemplándolo.
La historia cuenta sobre un pastor que vivía solitario en una cabaña en el bosque junto a su rebaño. Un día más salió a pastorear sin alejarse demasiado a su cabaña. De repente al girar la vista, pudo ver en un peñasco justo en lo alto del monte una majestuosa cabra montesina de aspecto temerario. Sin darle importancia al animal, volvió a su cabaña. Al día siguiente, el pastor salió de nuevo con su rebaño y comprobó una vez más que dicha cabra montesa se presentaba a la misma hora en la misma piedra del monte. En esta ocasión, el animal se alzó poniéndose prácticamente de pie. Luego se internó de nuevo en el bosque perdiéndose en la maleza. No fue hasta la tercera mañana, cuando el hombre pudo comprobar que en lo alto de la piedra la cabra daba de mamar a unos recién nacidos. Esta visión le hizo encerrarse en su cabaña presa del pánico y el miedo. Creyendo dicho pastor de que podía tratarse del mismísimo diablo, salió el cuarto día armado con su vara y su cuchillo dispuesto a enfrentarse a la cabra montesa que esperaba un día mas encima de su piedra. Al verle la cabra que el pastor miraba fijamente llamándola a gritos, está bajo la colina y se dirigió hasta él con mirada desafiante. Para nueva sorpresa del pastor, la cabra montesa se puso a caminar a dos patas como el hombre y atacó al pastor que se defendió como pudo de sus cornadas. Mientras peleaba con la cabra, el animal arremetió contra todo su rebaño de ovejas sin dejarle ni una sola con vida ante la mirada impotente del pastor. Este al ver que no podía vencer salió corriendo hacia la cabaña cerrándola desde dentro. La cabra golpeó a puerta en repetidas ocasiones hasta que cesaron los golpes y el pastor pudo tranquilizarse sin salir ya de la cabaña ante el miedo, de que el animal estuviera esperando fuera. Convencido el pastor de que solo podía tratarse del mismísimo demonio, se puso a rezar durante el resto del día hasta que cayó la noche y se acostó en su cama.
Cuentan los ancianos de Las Hurdes, que el pastor fue hallado días después en su cama totalmente destrozado por las cornadas de algún animal, cornadas similares a las de las cabras montesinas.
"CUIDATE DE LA CABRA MONTESINA, PUES ELLA NO DUERME, NI DE NOCHE, NI DE DIA"
REFRÁN POPULAR.
La historia cuenta sobre un pastor que vivía solitario en una cabaña en el bosque junto a su rebaño. Un día más salió a pastorear sin alejarse demasiado a su cabaña. De repente al girar la vista, pudo ver en un peñasco justo en lo alto del monte una majestuosa cabra montesina de aspecto temerario. Sin darle importancia al animal, volvió a su cabaña. Al día siguiente, el pastor salió de nuevo con su rebaño y comprobó una vez más que dicha cabra montesa se presentaba a la misma hora en la misma piedra del monte. En esta ocasión, el animal se alzó poniéndose prácticamente de pie. Luego se internó de nuevo en el bosque perdiéndose en la maleza. No fue hasta la tercera mañana, cuando el hombre pudo comprobar que en lo alto de la piedra la cabra daba de mamar a unos recién nacidos. Esta visión le hizo encerrarse en su cabaña presa del pánico y el miedo. Creyendo dicho pastor de que podía tratarse del mismísimo diablo, salió el cuarto día armado con su vara y su cuchillo dispuesto a enfrentarse a la cabra montesa que esperaba un día mas encima de su piedra. Al verle la cabra que el pastor miraba fijamente llamándola a gritos, está bajo la colina y se dirigió hasta él con mirada desafiante. Para nueva sorpresa del pastor, la cabra montesa se puso a caminar a dos patas como el hombre y atacó al pastor que se defendió como pudo de sus cornadas. Mientras peleaba con la cabra, el animal arremetió contra todo su rebaño de ovejas sin dejarle ni una sola con vida ante la mirada impotente del pastor. Este al ver que no podía vencer salió corriendo hacia la cabaña cerrándola desde dentro. La cabra golpeó a puerta en repetidas ocasiones hasta que cesaron los golpes y el pastor pudo tranquilizarse sin salir ya de la cabaña ante el miedo, de que el animal estuviera esperando fuera. Convencido el pastor de que solo podía tratarse del mismísimo demonio, se puso a rezar durante el resto del día hasta que cayó la noche y se acostó en su cama.
Cuentan los ancianos de Las Hurdes, que el pastor fue hallado días después en su cama totalmente destrozado por las cornadas de algún animal, cornadas similares a las de las cabras montesinas.
"CUIDATE DE LA CABRA MONTESINA, PUES ELLA NO DUERME, NI DE NOCHE, NI DE DIA"
REFRÁN POPULAR.
Sierra del Castillo.
En esta imagen se contemplan unas recias
sierras,
donde se encuentran los picos más alto de esta,
que son la Halconera
(1.414 metros) que
se encuentra a la izquierda de la imagen,
y detrás de este
la Orconera (1.415 metros).
Tramo
encementado, y al fondo el pico
del Pardo (833 metros).
Señalización
de la ruta.
Termina el tramo encementado.
Trazado por
pista.
Otro de los hitos que encontraremos a
lo largo
del recorrido.
Panorámica.
En
esta se puede apreciar por donde asciende la verea.
Pequeño puente.
Otra
panorámica.
Y otra
más.
Reflejo del Sol.
Trazado
de la senda.
Unión
de esta con el antiguo camino de
la Verea de los Aceituneros.
Verea
de los Aceituneros.
Detalle
del viejo camino.
Otro
detalle más.
Trazado
del viejo camino, en el cual en
algunos tramos se le ha puesto esta barandilla,
para evitar riesgos al cruzar el cortado
por donde discurre.
Viejo enebro, la zona está poblada de ellos.
Otro
tramo del camino.
Mirando hacia el fondo.
Panorámica.
Más
camino.
Otra panorámica.
En algunos tramos el camino está aún empedrado.
El
paso del meandro toca a su fin.
Ascensión
por el cortafuego.
Pendiente
de este.
Panorámica del meandro del Melero.
Otra panorámica.
Y otra
más.