lunes, 21 de mayo de 2012

Jarandilla - Jerte - 20-05-2012

Pueblo de Jarandilla de la Vera.




El domingo día 20 de mayo de 2012 de nuevo hemos recorrido las sierras que separan el Valle del Jerte de la comarca de la Vera, en esta caso en concreto hemos realizado la travesía que va desde el pueblo de Jarandilla al pueblo de Jerte. Para realizar dicha travesía hemos transitado por parte de la ruta de Carlos V y la ruta de la maja de los Zarzalones, que nos llevara hasta el puente del Carrascal, por el que cruzaremos para descender por la margen izquierda de la Garganta del Collado de las Yeguas hasta la desembocadura de esta en la de los Tres Cerros dando lugar a la Garganta de los Infiernos. Desde este punto continuamos hacia los Pilones, para descender desde estos hasta el Centro de Interpretación de la Garganta de los Infiernos y desde aquí hasta el complejo de los Arenales donde dimos por concluida nuestra actividad. La belleza del entorno para mi es indescriptible, por este motivo dejo que ustedes decidan después de ver las fotografías que acompañan a estas reseñas. Pero antes de llegar a  la exposición de estas, quisiera hacer referencia al entorno natural que encierra la Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos, y al Valle del Jerte en sí.



La garganta de los infiernos, el espectáculo del agua

La Garganta de los infiernos es una Reserva Natural que está situada en el Valle del Jerte, en la provincia de Cáceres, en un extremo de la sierra de Gredos. Destaca por su espectacularidad en un hermoso paisaje de agradable clima, con inviernos no muy fríos y veranos no muy calurosos.

En la Reserva Natural es conocida por su enorme red hidrográfica llena de saltos de agua y piscinas naturales, arroyos, cascadas y pozas creadas por la erosión del río.
Su clima permite que en el Valle de Jerte existan diversas especies de fauna y flora, como el bosque caducifolio, bosque de ribera, piornales serranos o pastizales alpinos, y diversas especies muy distintas entre sí, debido la diversidad de sus microclimas.
La roca madre de la Garganta es un gran batolito granítico que se originó hace unos 300 millones de años y se modificó estructuralmente hace cuarenta millones de años. Las principales rocas que pueden encontrarse en la zona son granitos y gneis.

Historia del Valle. La caza y la pesca son abundantes en el Valle del río Jerte, lo que hizo que las primeras tribus de pastores nómadas se quedarán en este valle asentadas con sus ganados. El nombre del río Jerte proviene de la época de la invasión árabe, que a su paso por el valle le dio el nombre de Xerete, es decir, el de aguas cristalinas.

Años más tarde, cuando reinaba Alfonso VIII de Castilla, allá por el año 1196, este fundó la ciudad de Plasencia.

Ya en el siglo XVI, Carlos V pasó por el Valle de Jerte atravesando la Garganta de los Infiernos por el Puente Nuevo y el Collado de las Yeguas en su camino hacia la Vera. Con motivo de esta ruta histórica. El camino por donde pasó el Emperador recibe el nombre de Ruta de Carlos V.

A lo largo del siglo XIX, el cerezo se va perfilando como árbol imperante entre los frutales del valle. En la actualidad la economía del Valle del Jerte se rige por el monocultivo del cerezo, un símbolo de la comarca que se celebra con la Fiesta del cerezo en flor, que cada año atrae a numerosos visitantes. Ya en el año 1994, La Garganta de los Infiernos es declarada Reserva Natural.

Interés turístico y cultural. En la Garganta de los Infiernos destacan principalmente los tramos del río donde, aparecen las espectaculares Marmitas de Gigante e impresionantes saltos de agua en el paraje de "Los Pilones", uno de los más destacados del valle. La gran fama de la Garganta de los Infiernos se atribuye sobre todo a esta zona, en la que abundan los saltos de agua y las cascadas, junto a las grandes pozas, fruto de la erosión del cauce del río en la roca. Sus aguas cristalinas en verano hacen de este un lugar ideal para disfrutar de un paseo por el bosque y un refrescante baño en las pozas.

La Reserva Natural cuenta con tres circos de antiguos glaciares, "Glaciar de San Martín", "Glaciar de La Serrá" y "Glaciar de Asperones". Y se extiende por el Jerte, Tornavacas y Cabezuela, ubicada al norte de la sierra de Tormantos y al sur de la sierra de Gredos, es al oeste de estas formaciones montañosas donde la garganta entronca con el río Jerte. El techo de la Reserva Natural lo forman la Cuerda de los Infiernillos y el Cerro del Estecillo, bordeando el valle glaciar de la Garganta de la Serrá.

El Valle de Jerte cuenta también con un rico patrimonio cultural. Si hablamos del trazado ribereño y del modelo serrano, nos referimos a los modelos fundamentales de la estructura urbana del valle, determinados por la ubicación de los núcleos esparcidos por las cumbres y laderas.

El tipo ribereño es un modelo de pueblo-calle, fruto de la angostura del terreno, una larga calle y plazuelas abiertas junto a los principales edificios de los pueblos que suelen ser el ayuntamiento y la iglesia. Este tipo podemos verlo en Tornavacas y Jerte. En Cabezuela podemos encontrar una forma triangular y varias calles principales cortadas por otras más pequeñas. Una construcción que se fue adaptando a las irregularidades del terreno.

En la arquitectura también encontraremos diferentes tipos de casas, que se diferencian entre la casa solariega y la casa popular. La primera podemos situarla en el periodo renacentista, construcciones señoriales imitando palacetes, casas con fachada de piedra labrada, dinteles con leyendas y escudos, entre las que destacan los palacios episcopales de Tornavacas y Cabezuela.

Por el contrario, la casa popular es la construida con finalidad agropecuaria. Con una bodega en la planta baja, una cuadra y un corral.

Otras construcciones curiosas de la zona son los tinaos, también conocidos como casillas, la construcción pecuaria por excelencia de los prados del valle. Suelen ser cobertizos de piedra y madera.

Las majás son construcciones también características de la zona que, se utilizan para la actividad ganadera y de vivienda para el cabrero.

Los guanjos son unos peculiares cobertizos que aprovechan el declive el terreno donde, antaño se resguardaban los carboneros mientras vigilaban la combustión de las carboneras.

En medio de la campiña se levantaban enormes casonas donde vivía la familia que cuidaba la heredad, a estas casas se les llama caserías. Un elemento importante dentro del paisaje del valle son los aterrazados con piedra, llamados Bancales. Mediante estos muros construidos en seco, se retiene la tierra fértil, permitiendo así el cultivo en zonas donde la tierra fértil desaparecería por los efectos de la lluvia en pocos años.



Pero lo que más llena mi memoria después de 40 años, son los recuerdos del viejo campamento de la OJE que se asentaba en estos parajes, en el cual pase momentos indescriptible cuando aun no superaba los 12 años, cada vez que transito por estos lugares el recuerdo claro y nítido de la infancia me devuelve al mástil de la bandera rodeado por las tiendas de lonas, donde todos los niños formábamos a la hora de arriar la bandera. Por esto déjenme que les reproduzca un párrafo escrito por un tal Alfonso Callejo el día 28-04-2009 el cual lleva por título:


ESTA noche he soñado con ello. Dicen que los episodios oníricos vividos con inusual realismo denotan un arraigo especial en nuestro subconsciente de esos hechos, por haber tenido una transcendencia importante en algún momento de la existencia. Y así debe ser en mi caso, porque he percibido de nuevo el claro aroma del poleo ribereño y de la hierba que se despierta todavía húmeda en las frescas mañanas de julio, en un lugar donde se desparraman las montañas de Gredos hasta las mismas riberas del Jerte: el campamento Emperador Carlos, donde inicié como 'flecha' un amplio periplo campamental hasta el final de la adolescencia.

Ha venido de nuevo a mis oídos el aullido de los últimos lobos que aún habitaban hace cuarenta años aquellos escarpes y que escuchábamos en un silencio receloso bajo la liviana protección de una tienda de lona. Y el despertar violento que siempre llegaba demasiado pronto acompañado por los sones paramilitares de 'en marcha campamento que el día va a empezar ', que desde la megafonía se expandían por la sierra en ecos intrusos que amenazaban con despertar a toda la comarca. Esta noche he vuelto a ver nítidamente las caras absolutamente olvidadas de aquellos compañeros de otros pueblos con los que establecí las primeras amistades ajenas al entorno del colegio y con los que suelen estrecharse esos frustrantes lazos tan ilusionantes como efímeros: un mes de intensa camaradería y una vida entera de olvido que se inicia al pie del autobús el día de la partida. He vuelto a trajinar aceleradamente tratando de dejar mi petate bien cuadrado y centrado antes del inicio de la temida revista... La OJE eran marchas alucinantes serpenteando entre vegetaciones abruptas que nos hacían sentir como pequeños exploradores hasta descubrir una garganta donde remojar la irrepetible y llevadera fatiga de los doce años. La OJE eran los fuegos de campamento, que iluminaban la noche del Valle con parodias y teatros atrevidos con los que vencíamos por fin a las vergüenzas pegajosas del regazo familiar. Y sobre todo, la OJE eran canciones; canciones para las marchas, para los actos solemnes, para el autobús: 'guarda tus penas en el fondo del morral y ríe ya ' he vuelto a tararear entre sueños. El ideario, a aquella edad, era lo de menos. 'Vale quien sirve' es una máxima con vigencia eterna, sin color político.



Pero antes de continuar con la exposición de las fotografías, que he tomado a lo largo del recorrido, permítanme que me explaye de nuevo contándoles una breve leyenda de esta comarca del Valle del Jerte. En este caso lleva por título:



“YA TORNAN LAS VACAS”

El actual nombre de “Tornavacas”, es posible que proceda de la famosa batalla contra los árabes en el siglo X.

El rey leonés Ramiro II batallando con los árabes llega al puerto de Tornavacas con la intención de conquistar el Valle del Jerte, pero se encuentra con una fuerte oposición de las tropas sarracenas cordobesas acaudilladas por Ahmad Ben Yala.

Los cristianos no conseguían avanzar he idearon una estratagema consistente en atar unas teas encendidas a los cuernos de las numerosas vacas que pastaban en esta zona, y por la noche azuzarlas hacia el campamento enemigo, dando al mismo tiempo grades gritos y haciendo mucho ruido, para hacer creer a los árabes que era un ataque de una numerosa tropa.

La idea tuvo éxito y el ejército árabe salió en estampida hacia la población de Ambroz, hoy Plasencia. Las vacas, con las teas encendidas se dispersaron en la noche.

Al amanecer, como guiados por el instinto, los animales volvían a sus lugares de pastoreo, y de ahí que al verlas llegar pronunciaran los aldeanos la frase “Ya tornan las Vacas”.

Saliendo de él, para iniciar nuestra ruta.
Transitando por el itinerario
de la ruta de Carlos V.

Parada para reagruparnos.
Otra más de la parada.
Panorámica del robledal.
Parada en la garganta del Yedron.

En ella repusimos un poco de fuerzas.
Emboscados entre los brezos.

  Panorámica de la ascensión hacia el
Collado de las Yeguas, desde
el puente de la Garganta del Hornillo.

Puente de la Garganta del Hornillo.

Panorámica de los Escalerones.
Otra más de estos.

Posando en ellos.
Mirando hacia abajo.
Esto es lo que se ve.
Otra panorámica.

Y otra más.
¿Y este de donde ha salido?

Gente menuda, pero no vean cómo andan.
Panorámica.
Descansando en el Collado de la Encinilla.

  Hidratándose.

Garganta de las Yeguas.

    Llegando a ella.

  Comiendo.

  Puente del Carrascal.

  Los Pilones.

A reponer líquidos.

lunes, 14 de mayo de 2012

Ruta Vía de la Jara - 13-05-2012


 Llegada Al Campillo de la Jara.



El día 13 de mayo de 2012, un grupo de amigos y amigas realizamos la ruta verde de la Jara en bicicleta, la verdad que no lo pasamos bien aunque el calor fue sofocante, deberíamos de haber comenzado un par de horas antes de lo que lo hicimos, todo transcurrió dentro de la normalidad, si exceptuamos el par de caídas que sufrieron Isabel la cual se fracturo dos dedos de la mano y Carlos que se hirió en la rodilla esta sin consecuencias.

Según cuentan esta vía verde, proviene del proyecto de ferrocarril que a continuación se explica:

Historia y origen

El proyecto surgió en la época de Alfonso XIII como resultado del deseo de potenciar entre tierras del centro peninsular y Extremadura, es decir la comunicación entre Talavera de la Reina-Guadalupe-Villanueva de la Serena, para unir los valles del Tajo y del Guadiana. Las obras empiezan durante la dictadura de Primo de Rivera y continuaron con la República tras un largo paréntesis de la Guerra Civil se abandonan definitivamente en 1964.

En ella se esconden un conjunto de datos, historias, ilusiones y realidades para los habitantes de La Jara, es normal hoy en estos pueblos:

¡Cuánta hambre, sed, frio y trabajo para nada! ¡Ahí están los débiles perfiles de los posibles raíles muertos de risa, las casas y casetas que servirían de estaciones, los molinos al margen del río, las corralejas para el ganado...! ¡Y las sierras cortadas, sangrando, resignadas... y los inútiles puentes...! ¡Y...!

Hoy es una gran suerte que existiera el proyecto y no llegara a finalizarse, pues el paseo por la antigua vía permite el acercamiento a zonas absolutamente naturales y el paisaje de las tierras que limitan la siempre tranquilizadora corriente del Huso encierra maravillas y secretos por descubrir, es una de las joyas de la comarca; una muestra más del esfuerzo que se está por hacer una oferta de calidad de turismo rural, compatible con la conservación de nuestro patrimonio natural.



Las imágenes que tome durante el trayecto son las que a continuación expongo:



Preparándonos para salir.

Jorge y Víctor.
Estación de la Cervilla.
Buscando Sombra.
Ajustando el frontal.
Panorámica de la vía.

Parte del grupo en la salida de un túnel.
Parada para comer en la estación
de Aldeanueva de Barbarroya.
Vagones que a ningún destino van.   
Reposando después del bocata.

Alfonso con dos amigos.
Jorge en el viaducto de Azután
también conocido como Puente Amador.
Ciclistas cruzándole.

Embalse de Azután.

Llegada a la estación de Calera y Chozas.
Refrescándose un poco.

   Foto familiar entre padre e hijo.

lunes, 7 de mayo de 2012

ALDEHUELA - LA HUETRE - 6-05-2012


Llegada a Aldehuela.



ALDEHUELA LA HUETRE – 6-05-2012

El día 6 de mayo de 2012, hicimos un recorrido por la agreste orografía de la tierra Hurdana, más concretamente desde la alquería de Aldehuela a la de la Huetre. En mi modesta opinión la zona más abrupta de toda la serranía Hurdana. El itinerario que seguimos fue el siguiente:

Saliendo desde Aldehuela alquería perteneciente al municipio de Pinofranqueado, ascendimos al puerto de Esparabán el cual se encuentra a una altitud de 1.361 metros, desde este nos dirigimos al Cotorro de la Ferroquera (1.518 metros), desde aquí continuamos hasta llegar a la cumbre del pico Tiendas máxima altitud del recorrido de la ruta con 1.590 metros. Continuamos hasta llegar al pico Solombrero (1.576 metros) y desde este descendimos para posteriormente subir al pico Cancheras de 1.544 metros. Una vez coronado este, continuamos por la cuerda que nos llevaría hasta el collado de La Muerta (1.121 metros), antes de llegar a este punto pasamos por el pico de Hoyo Mostajo (1.459 metros) y el pico de la Correderina (1.271 metros).una vez llegados al collado de La Muerta, descendimos desde este punto a la alquería de la Huetre que pertenece al municipio de Casares de Hurdes. La rudeza del paisaje por donde discurre el trayecto de la ruta es de un poder fantástico, los cuchillos pétreos de las pizarras, nos demuestran como estas sierras han sido golpeadas inmisericordemente a lo largo de los milenios del tiempo por, todas las fuerzas de la naturaleza que en ellas se desatan, dato que si se le suma a la enorme pendiente de sus laderas, el resultado es el que nuestros ojos contemplan a lo largo del recorrido, laderas desnudas de todo vestigio arbóreo, erosionadas por su enorme pendiente, en las que el tiempo ha esculpido su obra.

A trabes de las imágenes que les expongo más adelante, las cuales tome a lo largo del recorrido, ustedes juzgaran por si mismos si la rudeza de estas sierras no encierran la belleza de lo yermo, duro y recio de la serranía Hurdana.

Pero si lo vello de la tierra Hurdana está en su difícil orografía, no menos vello que esta es su dilatada y extensa cultura de cuentos y leyendas. Sobre este saber popular de los hurdanos quisiera hacerles participes con, estas dos curiosa leyendas de la Comarca Hurdana.


LA LEYENDA DEL CHARCO DE LA SERPIENTE

 Hubo un tiempo en el que las escarpadas montañas del Río Jurde eran enormes praderas donde la vegetación se mostraba exuberante y donde los pastores criaban sus rebaños de cabras. En una ocasión un señor desconocido se acercó donde había varios cabreritos en corrobra y les hizo una proposición:- ¿habría alguno de vosotros que quisiera verter una cuartilla de leche en una poza del río, durante un año seguido, todos los días al atardecer?-(era un hueco en la roca que estaba al lado de un charco, donde no se podía ver el fondo y ni con dos madejas de hilo unidas con una piedra en la base, se llegaba a tocar) .Todos los cabreritos se negaron a realizar aquella proposición por considerarla una obligación innecesaria y sin ninguna recompensa. Todos menos uno de ellos que aceptó el trabajo, bien porque le resultaba divertido o porque era tan tímido que no se atrevió a decirle que no. - Pues bien has de verter la leche todos los días hasta que yo te diga y no mires atrás cuando lo hagas…, la dejas y te marchas sin volver la vista.
Al día siguiente empezó su tarea y así durante muchos días, dejaba su leche y se daba la vuelta .Pero la curiosidad podía más que las ordenes del misterioso señor, una vez se escondió entre los matorrales para saber quién se bebía la leche y quedó perplejo al ver que una enorme serpiente con siete cabezas salía del charco y devoraba la leche de un zarpazo, desapareciendo de nuevo en lo profundo de las aguas.
Un tiempo más tarde se acercó de nuevo aquel hombre hasta el cabrerito y le dijo: ya no hace falta que pongas mas leche en la poza. Ahora solo te pido que cojas tu rebaño y te marches a casa, pues algo terrible va a suceder. Te agradezco tu labor y si algún día vas a Roma ven a verme que te ayudaré en lo que pueda.-Pero oiga si es mediodía, ¿cómo voy a meter las cabras en casa?, si apenas han pastado.-haz lo que te digo, le contestó, luego verás porqué. Así lo hizo a regañadientes cogió su ganado y lo encerró en Jurde a mediodía ante las burlas de los vecinos y las amenazas de su familia.
Enseguida empezó a nublarse el cielo y un gris casi negro se apoderó de todo alrededor. Cayó un diluvio que hizo crecer el río de mar a monte. En aquella crecida arrastró las cabras de los otros pastores e incluso alguno de ellos fue arrastrado por la fuerza del agua. Aquella crecida se llevó a la serpiente y desapareció en el océano.

Pasaron los años y aquel cabrerito se hizo mayor y decidió casarse con una prima, vecina del pueblo de Jurde. Una hermosa mujer que mostraba una larga cabellera rubia, ojos azules y una belleza mareante. Pero no era posible una boda entre primos, si no había una autorización del Papa. Lo cual hizo emprender al Jurdanito un viaje hasta el vaticano que duró un año. Muy cansado,( ya en las calles de Roma) de repente oyó una voz que le llamaba para decirle: ¿oye cabrerito, no te acuerdas de mí?, yo soy el que te dijo que pusieras la leche en el Río Jurde, vivo aquí desde hace muchos años, pasa que podrás descansar y reponerte, parece que has hecho un largo viaje.
-Pues sí, vengo de Jurde para ver al Papa, pues voy a casarme y necesito un certificado para poderme casar con mi prima, pues la iglesia no lo permite sin su autorización.
-Bueno, no te preocupes, yo me encargo de todo. Ven que cenarás, te bañaras y luego podrás dormir toda la noche.
A la mañana siguiente al despertar, vio como todo su cuerpo estaba en un charco de sangre y se asustó tanto que no podía levantarse.
-No te preocupes cabrerito, ya sé lo que te pasa, no temas, la sangre que ves es la que traes infectada del viaje tan largo que has hecho, te ha salido después de darte un ungüento para tus heridas.
Desayunaron y una vez repuesto, el amigo le dijo: ven, quiero que veas una cosa.
Caminaron hasta una cerca donde había algo que paralizó todo su cuerpo.- ¿Ves ese monstruo?, pues es el que tu criaste en el Río Jurde. Un enorme animal con siete cabezas guardaba la finca del romano.
Una vez conseguido el papeleo y de vuelta a casa el cabrerito empezó a entristecerse.
-¿Qué te pasa?, ¿Por qué quedaste tan serio de repente? .Es que verás: mañana es el Cristo de mi pueblo y como tardaré un año en volver, no podré estar este año en la fiesta. –Eso tiene arreglo, no te preocupes, solo quiero que me des algo a cambio por hacerte el favor.- ¿y qué puedo darte?, puedes darme la parra que tienes en tu puerta, eso basta.- ¡A bueno!, si solo es eso trato hecho. –Bien pues coge esta mula que te doy que ella te llevará a tu pueblo antes de amanecer, pero no debes decir "Jesús", pues si lo dices la mula se parará y tendrás que ir caminando.
Emprendió su viaje y con el traqueteo se quedó dormido encima de la mula. Cuando en medio del sueño oyó unas campanas que sonaban. Despertó de repente y exclamó:
! Jesús,… si estoy en mi pueblo! Y en ese momento la mula desapareció, pero como ya estaba en el Lombo Labrao, bajó caminando y llegó al pueblo a punto para la alborada.
Ya en casa, se enteró que estaba enferma el ama del cura y se acercó a preguntarle: ¿Qué le pasa señora?, y ella malhumorada respondió: tu bien lo sabes, has venido toda la noche a mis costillas. (Por eso dicen que las amas del cura son las mulas del diablo).
Al amanecer y llegar a su casa observó que la parra de su puerta había desaparecido. Quizá esté ahora en algún rincón de Roma dando vino, donde aquel monstruo de siete cabezas tiene atemorizada a la población.

 Otra leyenda:

Curiosa resulta, por otro lado, la leyenda recogida en el caserío de  El Gasco, perteneciente al municipio de Nuñomoral. Es la única en la que se conjugan los elementos: moro, cueva, agua y mañana de San Juan. La transcribo literalmente, tal y como la contó en su día José Crespo Miguel, alumno de 5º de E. G. B. del Hogar Escolar de Nuñomoral:

-Erasi una vé un hombri c,andaba jidiendu carbón pa la sierra del Gahcu. Antocih sa, la, pació un moru que l,ehpetó.

-¿Erih conformi en jadelti ricu?

-El hombri le diju que sí. Entoncih el moru lu llevó a la Cueva de la Güesera, qu,ehtá ampié del Chorru. El moru sacó un pan de la bandola y le diju al hombri:

-Cogéilu, pero no comáih d,ehti pan jahta la mañana de San Juan, que esa mañana te enllegaráh jahta mí, antih de vení el día, y m,ah d,enseñá el pan, sin que le farti un rehcañu, y yo te jaré ricu y te daré un botellín con agua del Chorro, cogía en la mañana de San Juan, pa que no te duelgan nunca máh lah muelah.

El hombri aballó cumu un rejileti de contentu. Pero lu suh ijuh andaban a matajambri y de continu le pidían pan. Antoncih al hombri no le queó otro lugal que dali un rehcañu, pa qu,.engañaran al banduju.

Cuandu llegó la mañana de San Juan, el hombri se presentó al moro y le dio el pan. Pero el moro viendu que le fartaba un rehcañu, le diju:

-No habéih cumpríu lu acordau, poh al pan le farta un rehcañu. Adióh riquezah. Esi pan eh la mora que,htá encantá en la Cueva de la Güesera, y vusotroh l,habéih comíu una pierna, que eh el rehcañu que voh habéih zampáu. Asina que la mora ha queau coja y no puedi salí de la cueva y no puedi sel desencantá. Otroh cien añuh máh la mora en la cueva siguirá"

Casa en Aldehuela.

Comienza la ruta.

Todos contentos.

En las Hurdes todo es cuesta arriba.
Sus laderas se van recuperando
de los terribles incendios que ha
padecido esta comarca.

Carretera que sube al puerto
del Esperaban.

Panorámica.

Llegando a un punto de agua.
  Con el baso en la mano.

Emergiendo de entre la floresta.
Comiendo unas chuches en el puerto.
Ascendiendo al Cotorro de la Ferroquera.
Pequeñas alquerías hurdanas.

Cumbre de la Ferroquera (1.518 metros).

Viendo el paisaje.
Hito del Tiendas (1.590 metros).

Panorámica.

Otra más.

Cumbre del Solombrero (1.576 metros).

Ascendiendo al Canchera.

Panorámica del Tienda a la derecha
de la imagen y el Solombrero
en el centro.

Llanura de la tierra Salamantina.

Cuerda del descenso hasta
el Collado de la Muerta.
Cumbre del Canchera (1.544 metros).

Descenso desde este.

Una bonita cornisa.

Aunque la caída era bestial.
Pequeña presa (Embalse de Maje Robledo).

La  pizarra estaba peligrosa (resbalaba).
Seguimos con el descenso.
Alto en el camino.

Comiendo en el Collado de la Muerta.
Panorámica.

Entre jaras.
Otra de la presa.
Por fin un sendero.

Por el discurren.

Las sierras de la Huetre.
  Admirando la dureza de estas sierras.

Otra más con cascada incluida.

  La Huetre.


Hasta en el mismo pueblo
existen pequeñas cascadas.