domingo, 4 de marzo de 2012

Llano Alto - Hoyamoros - 26-02-2012


Comenzamos a andar desde Llano Alto.




El día 26 de febrero de 2012, realizamos la ruta de montaña Llano Alto – Hoyamoros – Plataforma del Travieso. Esta es una ruta de nieve en esta época, pero debido a la poca lluvia que ha habido a lo largo del invierno que llevamos, la nieve era nula, únicamente se encontraban placas de hielo. Pero eso da igual en estos parajes por donde discurre, la belleza de estos es realmente grande tanto con nieve como sin ella, la grandeza de lo que te rodea te reconforta el espíritu, aunque tu cuerpo te diga lo contrario por el esfuerzo que hay que hacer para llegar a ellos. En esta ocasión por problemas físicos, a partir de un punto decidí no continuar con la subida y tome la decisión de hacer otra alternativa, que te llevaba hasta el pueblo de Candelario. Por este motivo partes de las fotografías que incluyo en el reportaje son prestadas de otro miembro del grupo en este caso del bueno de Joaquín, en concreto las del circo de Hoyamoro, Hermanitos, Calvitero y la Ceja.
Pero antes de pasar a la exposición de estas les comentare algo sobre Candelario, este bonito pueblo enclavado en plena sierra.
CANDELARIO
Un pueblo medieval en la provincia de Salamanca
Candelario es un pueblo cuyas casas trepan en las faldas de una montaña, de la Sierra de Candelario, todas hacia la iglesia, que se alza en lo alto con su sólida torre cuadrangular. Las calles van formando laberintos estrechos que conforman barrios alrededor de las amplias fuentes rectangulares. Como aljibes regulan el caudal de agua que traen los numerosos arroyos al bajar de la sierra nevada y se encargan de distribuirla por medio de las regaderas.
Las regaderas son canales por los que circula el agua cristalina por medio de todas las empedradas calles del pueblo. Abastecian al vecindario de abundante agua pura y corriente para con ella poder lavar las tripas, artesas y otros útiles de hacer la matanza.
Desde la Edad Media todos los vecinos han trabajado como una única industria chacinera. Todas las familias se dedicaban a este negocio, especializándose en estas tareas y ganando fama y prestigio con su laboriosa actividad.
Había un consejo de ancianos que regían la comunidad, con las normas que les convenían y las hacían cumplir con estricta severidad. Pretendían guardar las fórmulas de la elaboración de embutidos como garantía del mantenimiento de sus clientes, Para ello, procuraban que el pueblo fuera autónomo, que precisase lo menos posible de personal foráneo. Tenían toda clase de artesanos y los contactos pertinentes para suministrarse de lo imprescindible por medio de gentes de confianza. Los matrimonios eran endogámicos y si se permitían con personas de otros lugares, la fuerte suma que mediaba en la dote justificaba la entrada de ese miembro en la sociedad de Candelario.
La ganadería, base de sus operaciones económicas, les era suministrada desde los mercados. Aquí no se ocupaban de la cría ni del engorde del ganado.
Llegaron a ser suministradores de las casas reales, por lo que hubo familias chacineras que pudieron colocar en su sello el membrete real. En uno de los tapices de Bayeu se representa a José Rico, el Chacinero de Candelario, "el tío Rico" como se le conoce por aquí, cuya casa señorial luce en la parte alta del pueblo.
No lejos está la casa de la Regenta, construida por el pueblo para albergar a la regenta Mª Cristina, cuando vino a Candelario a otorgarle el título de villa. Ya por entonces la villa era famosa en círculos aristocráticos y en ella se alquilaban hasta 200 casas de veraneo.
Se hicieron grandes fortunas, aquí se acuñó el dicho "se atan los perros con longanizas" tal y como lo gritaba un niño, que había visto hacer a una mujer de Candelario que faenaba con un molesto perrito a su alrededor. Surgieron leyendas que dieron nombres a las calles, como aquellas que se llaman del oro y de la plata, desde la época en que fueron expulsados los judíos, que antes de partir escondieron sus tesoros pensando en el regreso. Todavía cuando se lleva a cabo una restauración de edificios se especula si habrán aparecido alhorjas llenas de riquezas.
Las casas de Candelario reflejan el quehacer de sus moradores. Tienen tres plantas. La planta baja posee las dependencias necesarias para la elaboración de la matanza. La propia puerta de entrada dispone de una "batipuerta", es decir, una puerta de medio batiente, que permite al propietario refugiarse detrás de ella para apuntillar las reses que habían sido enmaromadas a una fuerte argolla próxima al portal y acercada con el esfuerzo de varios parroquianos para realizar la matanza.
En el primer piso están las habitaciones familiares y la cocina, que, careciendo de chimenea, permite aprovechar los humos que ascienden por un ligero entramado de madera al piso superior donde se ubica el secadero.
En este segundo piso se colocan los famosos jamones de pata negra, los distintos embutidos y preciados manjares. Las ventanas, provistas de contraventanas corredizas, permiten controlar la curación, ya sea con humo o con los fríos aires serranos.
Vistas desde afuera, las casas presentan una fisionomía curiosa. Son magníficas casas de piedra, con aspecto señorial. Su primer piso está engalanado con balcones de balaustradas elegantes. Más arriba se puede observar el final de las vigas que soportan el secadero, sobresaliendo del muro y generalmente adornadas con una chapa de metal que las proteja de la lluvia. Sobre ellas, las paredes del secadero están construidas de adobe o quizá de tapial entre vigas de madera, para que al transpirar facilite el ambiente más seco que se precisa dentro. Adorna el exterior una balconada corrida, que a veces da la vuelta al edificio, haciendo bueno el nombre que se le suele dar de "corredor", porque desde él se pueden abrir o cerrar ventanas sin necesidad de caminar por el secadero. Para facilitar esta operación el tejado de la vivienda sobrevuela completamente el corredor y las columnas de madera que forman parte de esta balconada suelen estar trabajadas hermosamente. Cuando un panel de la casa queda desprotegido de este corredor cubierto, la pared se recubre con tejas para evitar el azote de la lluvia.
En un barrio alejado, tal y como eran de exquisitos con la imagen de limpieza que querían difundir, se ubicaban las cuadras en las que se estabulaban las afamadas reses, descendientes de las que criaron los antiguos vetones y los cerdos ibéricos de pata negra.
En lo alto, la iglesia abre sus puertas con su bóveda mudéjar con entrelazado de estrellas doradas, los dos retablos barrocos y el que "desmerece", porque es neoclásico; el púlpito policromado, que por hermoso no se ha quitado, aunque ahora no se usa...
Siguiendo los arroyos urbanos, tan organizados en sus regaderas se baja hasta la ermita, que con el soportal de su entrada abre también el paso a la plaza mayor, una de las primeras que fue plaza de toros, por supuesto, cuadrada. Se conserva un palco con reja en el balcón que debió de ser de sus primeros años.
Y una vez hecho este pequeño comentario sobre Candelario paso a exponer esta serie de fotografías.

La sonrisa que no falte.

Aligerándose de ropa.
Embalse de Navamuño.

En esta foto de Jorge, aparte de ver a él, se
puede apreciar además el bajo nivel del embalse.
Muro de la presa, con Peña Negra al fondo.
Arriban nos esperan las nieves.

Preparándonos para la ascensión.
(Desde este punto yo, ya no continúe.
Así que las siguientes tomas son prestadas).
Ya se ven los Hermanitos de Hoyamoros.

Entre piornos.

Siguiendo los hitos “cuatro piedras mal puestas”.

Panorámica del circo de Hoyamoros.
Hacia el caminaban.

¡Ala pa riba!
Enfilando el primer Hermanito.

Hoyamoros.

Calzándose los crampones.

Hito del primer Hermanito (2.293 metros).

En él se encuentran.
A por el segundo Hermanito.

Panorámica.
Segundo Hermanito (2.292 metros)
Conseguido.

  Panorámica.
“El Torreón” en todos los mapas
el Calvitero (2.401 metros).
Paso del Diablo.
Vistas de Hoyamoros con las moles de los Hermanitos.

La Ceja (2.428 metros).

Descendiendo hacia el Travieso.


Fotos del otro recorrido:

Arroyo medio helado.

Enredando.
El hielo y sus formas.
Más hielo.

Jorge.

Esperando.

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