martes, 4 de noviembre de 2014

Navezuela - Cabañas del Castillo - 26-10-2014


  Preparándonos en Navezuelas.
 
 
El domingo 26 de octubre de 2014, hicimos un bonito recorrido por las sierras que discurren entre las localidades de Navezuela y Cabañas del Castillo (provincia de Cáceres), el paisaje que rodea a esta comarca es duro y recio, pero a su vez gratificante. A pesar del calor que hizo pudimos disfrutar de un maravilloso paseo, que ustedes podrán juzgar a través de mis imágenes de aficionado que a lo largo del recorrido fui tomando. Pero antes de pasar a exponérselas permítanme que les relate alguna historia de estos lares.

 

El Lagarto de las Villuercas.

 

Cuenta la leyenda que un gigantesco lagarto habitaba la Sierra de las Villuercas el cual se movía en un radio que alcanzaban las siete leguas, motivo por el cual nadie se atrevía a penetrar ni asentarse en aquellos fértiles territorios ante el temor a ser devorado por tan inmenso monstruo, como así sucedía a quienes hacían alarde de su audacia. Más pavor aún infundía en las gentes que poblaban estas tierras, el saber que según contaban los ancestros este animal, en un arrebato de su maldad, había “deslomado” con su enorme cola de un solo rabotazo la sierra a la altura de donde hoy se encuentra Cabañas del Castillo, abriendo la enorme brecha que hoy en día se aprecia en dicha sierra. Pero llego el día que generación tras generación esperaba que ocurriese, y ese día no era otro el de que alguien pudiera dar muerte a semejante monstruosidad. Cuenta la leyenda, que un forajido que había robado en la iglesia de Jaraicejo huyendo de la justicia, se adentro en la sierra donde moraba la vestía, y transitando por ella fue a darse de bruces con semejante animal. El enorme reptil enseguida ataco al hombre que había osado invadir su territorio, el forajido por los pelos pudo esquivar este primer ataque, pero el ladrón que de tonto tenía poco y además estaba bien dotado de valor, reacciono con valentía y firmeza, y rápidamente echando mano a la morrala que llevaba colgada al hombro, y dentro de la cual tenía metido todo lo que había robado en la iglesia, rebusco en ella afanosamente tratando de encontrar la daga que había ocultado dentro del saco, lo primero que vino a su mano fue una hermosa patena de oro, al sacar el objeto del saco, está en contacto con la luz del sol desprendía tales destellos, que parecían verdaderos rayos de fuego,  uno de estos potentes resplandores  alcanzo  los ojos del enorme lagarto cegándolo por unos instantes. Visto  por el ladrón lo que había ocurrido, este enseguida dirigió los potentes destellos que desprendía la patena de oro hacia los ojos del monstruo, y así le fue cegando hasta que el enorme animal no pudo ver nada, momento  que el ladrón aprovecho para acercarse al enorme lagarto. Entonces, sujeto bien fuerte la larga daga con sus dos manos, y reuniendo todas sus fuerzas y valor, se deslizo por debajo del pecho de la terrible criatura y le asesto un potente y certero golpe, clavándole  la daga en el pecho y atravesándole el corazón. La enorme vestía cayó fulminada en el acto.

La noticia de que el enorme lagarto había muerto a manos de este ladrón corrió rápidamente por toda la comarca de las Villuercas y otras poblaciones colindantes a esta. La Justicia que hasta ese momento le había perseguido por sus fechorías y robos, enseguida dicto; que todo los cargos que hasta el momento pendían sobre la cabeza del mencionado ladrón, quedaban zanjados por la gran merced que este había hecho a estas tierras con la muerte del enorme lagarto. Pero no solo fue perdonado por esta gran hazaña, sino que como premio a su gran acto de dar muerte a la bestia, este recibió amplias tierras en propiedad en la comarca, a demás de la potestad de erigir una fortaleza en ellas. La fortaleza que levantó en la sierra de las Villuercas, dice la leyenda, que fue  la que hoy en día domina el pueblo de Cabañas del Castillo.


Estaban buenas las perrunillas.
Descendiendo desde Navezuelas
al río Almonte.

Pico de la Artesa, ubicado entre la sierra
de la Ortijuela y sierra del Local.
Viejos caminos.
Otra más de la Artesa.

Navezuelas asentada en la falda de la sierra
de las Acebadillas.

Castaños.
Por debajo de los robles.

Camino de la Artesa.
  Panorámica de la Artesa.
Recio Matorral.
Una iguana gigantesca.

En la base de la Artesa.
Panorámica de picachos
 de la sierra del Local.
Llegando a la boca de la cueva de la Artesa.
Entrando en ella.
Dentro de ella.
Chimenea de la cueva.
La gente accediendo al interior de la cueva.
Ascendiendo a la cima de la Artesa.
Uno que saluda.
Cumbre de la Artesa.
Foto de parte del grupo.

Gente subiendo.
El Risco Recado en la sierra de la Ortijuela,
 con Roturas a la izquierda de este.

Posando en la cumbre.
Panorámica, al fondo se puede observar la torre
del castillo de Cabañas en uno de los picachos.
Otra del mismo.
Dirigiéndonos a Peña María,
en la sierra del Alcornocal.
Otra panorámica.
Comienza la ascensión a la base
de Peña María.
Los de atrás.
En la base de Peña María.
El espinazo de la sierra del Alcornocal
visto desde la base de Peña María.
Castillo de Cabañas.
Otra más de este.
Reponiendo líquidos en Cabañas.
 
 
 

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