Llegada a
Cabezabellosa.
El domingo día 7 de Octubre de 2012,
realizamos una ruta desde el Pueblo de Cabezabellosa a Plasencia. El itinerario
en sí, discurrió de la siguiente manera: Cabezabellosa, roble de Romanejo o
Acarraero, desde este partimos hacia Plasencia llevando todo el recorrido de la
antigua captación de agua que abastecía a dicha ciudad. Es una ruta fácil,
aunque larga, pero debido al calor que hizo, se convirtió en dura. Llegando a
darse casos de fatigas debidos al calor. Las fotos que presento fueron tomadas
antes de la comida, después de esta no volví asacar ninguna, hasta la llegada a
la fuente de la Ele, lugar donde estuvimos parados para recuperar fuerzas y
esperar a los rezagados y desde este lugar dirigirnos a Plasencia ya sin parar.
En esta ocasión, no contare
ninguna leyenda, ni cosa por el estilo. Que en el comentario escrito que por
norma general, suelo con que acompañar a mi exposición de imágenes tomadas en
el transcurso de la ruta. En esta ocasión tratare de explicar un pequeño malentendido,
que en el transcurso de la ruta en un momento dado, surgió en uno de los
descansos. Este fue que comentando por mi parte algo sobre las salamanquesas,
una de las personas que realizaban la ruta me discutió, y discutió sin
razonamiento alguno, algo sobre estos bonitos animales, llegándome a decir que
lo que contaba no era cierto. Pues para esta persona, y para el resto de los
que no supieran del tema en cuestión, va esta pequeña explicación sobre la
fauna que nos rodea a diario.
La Salamanquesa Rosada.
La salamanquesa
rosada (Hemidactylus turcicus)
es una especie
de la familia Gekkonidae
presente en buena parte de los países mediterráneos
e introducida en diversas regiones del mundo. Son nocturnos e insectívoros.
Tienen ojos enormes sin párpados y una piel pálida con manchas negras en su
cuerpo y a menudo con la cola jaspeada. Su vientre es un poco traslúcido. En América
es una especie invasora.
En su estado adulto algo más pequeña que la salamanquesa común (Tarentola
mauritanica), alcanzando una longitud aproximada de 5-6 cm sin incluir la cola.
Presenta un aspecto rosado como su propio nombre común indica, translúcido
sobre todo en la zona ventral aunque aquí la piel es más blanquecina. Sus ojos
se sitúan más juntos que en la salamanquesa común con una pupila vertical. La
cola presenta franjas oscuras y claras siempre que no la haya perdido y se
trate de una regeneración. Otra característica de esta especie es la presencia
de uñas en los dedos. De hábitos nocturnos, pasa el día escondida en huecos o
bajo las rocas. Se trata de un animal adaptado a la convivencia con el hombre,
por lo que es común verla cazar insectos en las noches de verano cerca de focos
de luz.
La salamanquesa
común (Tarentola mauritanica)
es un pequeño reptil de la familia Gekkonidae ampliamente
distribuido por los países de la cuenca del Mediterráneo.
Los adultos pueden llegar a medir de 5 a 15 cm, más
una longitud similar o poco más para la cola. El lomo, las patas y la cola
tienen bultos cónicos prominentes. Su cuerpo es robusto, aplastado, y su cabeza
grande y ancha, triangular y separada del cuerpo por un pescuezo marcado.
Cuando pierde su cola puede regenerarla, aunque la nueva es más lisa y carece
de bultos. Su color habitual es de un gris pardusco o marrón, con variaciones
desde el gris blanquecino hasta el casi negro, con manchas más claras y
oscuras; el vientre es blanquecino. Sin embargo su color cambia de intensidad
dependiendo de la luminosidad que recibe su piel: cuando se encuentra activa
durante el día el color es más oscuro que durante la noche. Su boca es obtusa,
y sus ojos grandes, sin párpados y con pupila vertical. Los dedos, cinco en
cada extremidad, tienen protuberancias laminares laterales e inferiores que le
proporcionan cierta adherencia para trepar y desplazarse por superficies
verticales (incluso en cristales).
Normalmente habita en edificios cerca de las luces,
estructuras antiguas, galpones, casas abandonadas, autos abandonados, ruinas,
rocas y campos pedregosos, troncos de árboles, etc. siempre y cuando estén
cerca de los insectos para devorar, distribuyéndose por ambientes muy variados.
Las salamanquesas comunes son animales nocturnos,
aunque en ocasiones se muestran activas en torno al crepúsculo o incluso
durante el día, especialmente en los días soleados del fin del invierno. Sienten
preferencia por los lugares soleados próximos a sus escondrijos.
Se alimentan principalmente de insectos en los meses
calurosos del año y a menudo se encuentran cazando los insectos nocturnos que
son atraídos por luces, lámparas, etc.
Incuban dos huevos casi esféricos dos veces al año,
alrededor de abril y junio. Después de cuatro meses nacen las pequeñas
salamanquesas con menos de 5 cm de longitud. Crecen muy lentamente y viven
hasta 8 años en cautividad. Comen, grillos, polillas, moscas, mosquitas, etc.
ya que son insectívoras.
En Extremadura recibe el nombre de Santarrostro.
Salamanquesas: Mitos, Leyendas y
Realidades.
Entre la opinión y dichos populares, existen unas series de Mitos,
Leyendas y Realidades sobre estos inofensivos y pequeños reptiles, que a lo
largo de los tiempos han perdurado entre nosotros, algunos de ellos son los
siguientes:
Las
salamanquesas son muy venenosas: ni mucho ni
poco, no tienen ningún tipo de veneno.
Las
salamanquesas muerden: Una salamanquesa jamás nos perseguirá
para mordernos, cuando nos vea siempre tratará de huir y esconderse, pero es
cierto que si logramos atraparla y la cogemos con la mano, puede mordernos,
sobre todo los ejemplares más grandes y viejos. En cualquier caso, sus dientes
son demasiado pequeños y la fuerza de sus mandíbulas demasiado débil para
hacernos daño.
Las salamanquesas pican: Pues más bien
no. No tienen ni pico como las gallinas, ni aguijón como las avispas, ni pico y
pala como los obreros, así que difícilmente van a poder “picar”. Tampoco
producen picores ni urticaria, al menos no conozco a nadie alérgico a las
salamanquesas. Tal vez las salamanquesas “pican” algún insecto entre horas.
Si una salamanquesa te escupe, te quedas
calvo: Falso y además ridículo. Las salamanquesas no escupen. Por otro
lado, su saliva no tiene ningún efecto sobre el pelo ni sobre ninguna otra
cosa.
Si una salamanquesa te escupe, te quedas
ciego: Falso. Siguen sin poder escupir (no es que no quieran, es que no
pueden).
Las salamanquesas se pueden introducir
por orificios del cuerpo, nariz, oídos y otros más privados, y comerse desde el
cerebro hasta otros órganos, y dejarte tonto o muerto: totalmente
fantasioso y fruto de mentes calenturientas.
Secas, Molidas o formando parte de
preparados tienen poderes curativos o mágicos: falso. Esta
leyenda que se refiere a las salamandras, es una sarta de estupideces.
Las salamanquesas “cantan”: Las
salamanquesas son gecos, y la mayoría de los gecos vocalizan diferentes sonidos
para comunicarse entre sí. Sus voces son parecidas a chirridos y grititos
agudos, variando según la especie. También en ocasiones al ser atrapadas emiten
grititos.
Las salamanquesas no tienen parpados y
por tanto no pueden cerrar los ojos: Correcto. Para
limpiárselos y humedecérselos se los lamen con la lengua.
Las salamanquesas pueden caminar entre
las llamas sin quemarse: Bueno, en realidad eso se decía de las salamandras. En muchas zonas donde no hay
salamandras se llama salamandras a las salamanquesas. Salamandras y
salamanquesas no tienen nada que ver, las primeras son anfibios y las segundas
reptiles. Lo del fuego es falso en ambos casos. Las pobres se queman como todo
el mundo. Por favor, no hacer experimentos crueles e idiotas con las pobres
salamandras.
Si una salamanquesa pierde la cola
vuelve a crecer: Cierto. Pero la cola que crece es
diferente en color y aspecto a la original.
Las salamanquesas viven muchos años: Hasta doce años
en cautividad. En libertad su esperanza de vida es mucho más corta, de 3 o 4
años con suerte. Las salamanquesas llevan vidas peligrosas.
Bueno y una vez terminada esta pequeña
disertación sobre las salamanquesas, pasare a presentar las imágenes tomadas a
lo largo del recorrido:
Antiguo lavadero de ropa.
Saliendo del
Pueblo.
Caseta de
Campo.
Camino
del Roble de Romanejo.
Saliendo
al Sol.
El
terreno se vuelve más abrupto.
Roble de
Romanejo o Acarraero.
Otra más de él.
Algunos tenían
hambre.
Iniciamos
el camino de la Cañería.
Vacas
pastando.
Panorámica del
Pitolero (1.350 metros).
Descendiendo.
Panorámica
Presa del Jerte.
Más
descenso.
Viendo el
paisaje.
Ladera pelada.
Parecían
cabrillas.
Pronto las
pequeñajas empezarían
a pincharse con los zarzales.
Panorámica.
Lugar
donde se juntan las dos antiguas captaciones
de agua.
A través de
este puente pasa la captación
que viene de la parte más alta.
Parecerse que
algo llama la atención.
¡Coño. Hay poceros!
No. Se están
abasteciendo de rica agua fresca.
Cruzando
el puente.
Transitando por
la Cañería.
Otra más.
Y otra.
Buscando
sombra como sea.
Fuente de la
Ele, ya por la tarde.
La fatiga era
notable.
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