sábado, 19 de julio de 2014

Los 14 Dosmiles, 21 de junio de 2014


Camino de la Bigornia.
 
 
 
El sábado día 21 de junio de 2014, se ha realizado por parte del Club de Montaña Valcorchero la ruta de la II edición de los 14 Dosmiles, la cual recorre 14 cumbres que superan los 2.000 metros de altitud y que están enclavados todos ellos en un recorrido de 30 kilómetros, los cuales bordean a la garganta Jaranda, desviándose en el Estecillo para llegar hasta la cima de la Covacha, de la cual se volverá sobre los pasos ya dados al Estecillo de nuevo, desde donde se descenderá al pueblo del Guijo de Santabarbara. En esta edición, el clima ha sido benigno con nosotros puesto que no ha hecho el calor del año pasado, ya que más bien ha hecho frio llevándose mejor esto que el calor, el único inconveniente que hemos tenido ha sido la niebla, la cual ha impedido que los participantes en la ruta pudieran disfrutar de todo el esplendor de las vistas que desde las diferentes cumbres del recorrido se pueden observar. Aún así los participantes en el evento han quedado satisfechos conforme a las expectativas que habían depositado sobre el recorrido. Cosa de lo que todos los miembros del club de Montaña Valcorchero nos damos por muy satisfechos, dado que aparte de que todo saliera bien no ha habido que lamentar ningún accidente grave, a excepción de las dos evacuaciones que se tuvieron que realizar en helicóptero, la primera por una bajada de azúcar, y la segunda por un golpe en una pierna. Así que señores como se suele decir: hasta el año que viene que nos volvamos a ver por estos lares. Hasta entonces les dejo estas imágenes del recorrido de la ruta. Espero que les gusten.
Pero antes de esto les contare una de las mías:
 
 
El paisaje de Gredos aparece salpicado por pequeñas construcciones casi olvidadas y, en muchos casos, derruidas, que en un tiempo no muy lejano fueron esenciales para la supervivencia de nuestros ancestros. Se trata de los chozos; edificios de enorme valor etnográfico e histórico que todavía hoy nos hablan de un modo de vida en el que la subsistencia era el principal objetivo. Son reflejo del trabajo, la lucha y el esfuerzo del hombre por sobrevivir en un entorno tan hostil como el nuestro en una época en la que nada era ni fácil ni cómodo.
Esta realidad, todavía hoy, puede resultaros muy familiar a algunos de vosotros.
Gredos hace unas décadas no era el paraíso de descanso y desconexión con el que hoy nos identificamos todos. Muy al contrario, su geografía abrupta y su clima extremo hacían de esta sierra un medio en el que lo importante era sobrevivir.
En este entorno, la ganadería y, en menor medida, la agricultura hacían que las jornadas en el campo fueran muy largas, y podían prolongarse por varios días o incluso meses en cuando la temperatura era más suave. El aprovechamiento del pasto para el ganado implicaba hacer largos recorridos con las reses, y no permitía la vuelta al hogar al terminar cada jornada.
De esta necesidad de cobijo mientras se realizaban estas labores, surgen estas pequeñas edificaciones.
La técnica de la piedra seca
Es como se conoce el método constructivo empleado en este tipo de arquitecturas. Se basa en el empleo del material cercano a la explotación ganadera, en el caso de Gredos la  piedra granítica. La construcción de un chozo servía tanto para guarecer al pastor como para limpiar la finca de estos elementos que aplastaban el pasto y estorbaban al ganado.
Se trataba de usar esa piedra sin ningún otro elemento más que su propio peso y recurriendo al perfecto anclado de cada pieza inmovilizándolas por medio de cuñas. Era una técnica depurada que requería de ciertos conocimientos que se transmitían de padres a hijos. Su origen se remontaría a la Prehistoria, más concretamente a la etapa Neolítica, en la que los pueblos, nómadas hasta entonces, comienzan a hacerse sedentarios amparados por el desarrollo de la agricultura y la ganadería. Las piedras apenas se trabajan, solamente se emplea una maza de hierro para retocarlas y para introducir otras piedras más pequeñas que actúan como cuñas entre las losas más grandes. Se trata de una técnica efectiva, y por ello ha perdurado en el tiempo, ya que no requiere de grandes medios para su ejecución.
Aparte de los chozos, este método se ha empleado en los paredones que hacen de linde entre las diferentes propiedades y, en zonas agrarias, en los muros que aterrazan las laderas delimitando bancales de cultivo.
Cubriciones
En general, estas construcciones, a la hora de cubrir los espacios, siguen dos procedimientos: la cúpula y el techado con vigas.
Cuando hablamos de “cúpula”, hay que tener presente que el modelo más frecuente es el denominado de falsa cúpula: un cerramiento que se da fundamentalmente en chozos de planta circular, haciendo que el diámetro de las sucesivas hiladas sea cada vez menor, con lo que gracias a su aproximación, se produce el cierre del conjunto.
En el apartado de las techumbres sostenidas por vigas suelen presentarse pocas variedades. Este procedimiento se utiliza para cubrir pequeñas construcciones de escasa altura, reducidas dimensiones y plantas cuadrangulares o levemente rectangulares. Los constructores se limitan a colocar tres o cuatro maderos de parte a parte de los muros, para sobre ellos depositar finas lajas de piedra, tierra y cascajo.
 Espacios complementarios.
- Puertas. La abertura suele estar orientada hacia el sur para aprovechar la luz del Sol y no suele superar el metro y medio de altura. Su anchura ronda los 70 u 80 cm de promedio.
Lo verdaderamente interesante de estos accesos son sus remates, que se basan en dos modelos:
- Con dintel: la abertura se remata con una gran losa horizontal apoyada directamente sobre ambos lados del muro, sobre las propias jambas o bien sobre dos losas colocadas a ambos lados haciendo de rudimentarias impostas. Sobre este dintel se continúa el cerramiento del conjunto.
- Con remate alzado: la complejidad aquí es mayor ya que sobre las jambas de las puertas se articulan elementos, bien en forma de arco o bien con la colocación de dos losas formando ángulo formando un remate triangular.
Respiraderos: En las escasas ocasiones en que los muros presentan aberturas, éstas no pasan de ser pequeños ventanucos o respiraderos colocados en la parte alta, para dar salida a los humos de los fuegos encendidos en su interior, o para adecuar la construcción a una función específica.
- Chimenea: Suele aparece adosada al muro por su cara interior, con desarrollo vertical hacia lo alto, atraviesa el muro abriéndose camino hacia el exterior.
 Acondicionamiento interior
En determinadas circunstancias, se tiende a dotar a la construcción de una cierta “comodidad” y así, en algunos casos aparecen elementos en su interior de función muy específica como pueden ser: pesebres, alacenas o bancos adosados al muro.
Uno de los ejemplos más interesantes es el denominado Chozo Blanco, ubicado en plena Serrota.
Conclusión
Los hombres y mujeres que vivieron de nuestros campos tuvieron que dar respuesta a sus necesidades de cobijo; recurriendo a las piedras dispersas por sus tierras consiguieron optimizar este recurso empleando una técnica milenaria, la de la piedra seca. Es por ello que estas construcciones debemos entenderlas como un símbolo del dominio de la tierra, pero no como lo entendemos hoy, sino de una forma totalmente sostenible y ecológica.

Queriendo el Sol superar las altas cumbres.
Caminando entre piornos.

  Ascendiendo con el pueblo del Guijo en el fondo.
Ya casi lo consigue el Astro Rey.
Panorámica de la Vera.
Este ya hace años que perdió pellica y carne.

Pareja de Participantes.
Ya se ve la Bigornia.
Control de la Bigornia.

   La característica forma de la Bigornia.
El control.
Panorámica.
Parada en las Buitreras.
Descendiendo por la Cuerda de los Infiernillos.
  A trabes de la niebla, se puede apreciar
la caída que hay desde este punto de los Infiernillos.
Otra imagen de la cuerda.
Y otra.
Otro grupo en el recorrido.
Control de la Cobacha.
Control del Estecillo.
Otra más del mismo.
Machos monteses.
El Estecillo.
Encaramados en los riscos.
Trepando por ellos.
Accidentado durante la ruta,
esperando en el control de la Portilla Jaranda
a que sea rescatado.
 
Ya llega el helicóptero.

  Hablando con el herido.

Preparándole para la evacuación.

Ajustando la camilla.
Atando correas.
A hombros con el herido.
 
Descendiendo con él hasta el helicóptero
que se encuentra en el fondo.
El helicóptero alejándose.
Otra más de este con el herido ya abordo.
 
Panorámica.
Descendiendo de la Portilla.
  Cumbres entre las nieblas.
Panorámica de la Garganta Jaranda.
 
 
 

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