Camino de la Bigornia.
El sábado día 21 de junio de 2014, se ha realizado por parte del Club
de Montaña Valcorchero la ruta de la II edición de los 14 Dosmiles, la cual
recorre 14 cumbres que superan los 2.000 metros de altitud y que están
enclavados todos ellos en un recorrido de 30 kilómetros, los cuales bordean a
la garganta Jaranda, desviándose en el Estecillo para llegar hasta la cima de
la Covacha, de la cual se volverá sobre los pasos ya dados al Estecillo de
nuevo, desde donde se descenderá al pueblo del Guijo de Santabarbara. En esta
edición, el clima ha sido benigno con nosotros puesto que no ha hecho el calor
del año pasado, ya que más bien ha hecho frio llevándose mejor esto que el
calor, el único inconveniente que hemos tenido ha sido la niebla, la cual ha
impedido que los participantes en la ruta pudieran disfrutar de todo el
esplendor de las vistas que desde las diferentes cumbres del recorrido se pueden
observar. Aún así los participantes en el evento han quedado satisfechos
conforme a las expectativas que habían depositado sobre el recorrido. Cosa de
lo que todos los miembros del club de Montaña Valcorchero nos damos por muy
satisfechos, dado que aparte de que todo saliera bien no ha habido que lamentar
ningún accidente grave, a excepción de las dos evacuaciones que se tuvieron que
realizar en helicóptero, la primera por una bajada de azúcar, y la segunda por
un golpe en una pierna. Así que señores como se suele decir: hasta el año que
viene que nos volvamos a ver por estos lares. Hasta entonces les dejo estas
imágenes del recorrido de la ruta. Espero que les gusten.
Pero antes de esto les contare una de las mías:
El paisaje de Gredos
aparece salpicado por pequeñas construcciones casi olvidadas y, en muchos
casos, derruidas, que en un tiempo no muy lejano fueron esenciales para la
supervivencia de nuestros ancestros. Se trata de los chozos; edificios de
enorme valor etnográfico e histórico que todavía hoy nos hablan de un modo de
vida en el que la subsistencia era el principal objetivo. Son reflejo del
trabajo, la lucha y el esfuerzo del hombre por sobrevivir en un entorno tan
hostil como el nuestro en una época en la que nada era ni fácil ni cómodo.
Esta realidad, todavía hoy,
puede resultaros muy familiar a algunos de vosotros.
Gredos hace unas décadas no
era el paraíso de descanso y desconexión con el que hoy nos identificamos
todos. Muy al contrario, su geografía abrupta y su clima extremo hacían de esta
sierra un medio en el que lo importante era sobrevivir.
En este entorno, la
ganadería y, en menor medida, la agricultura hacían que las jornadas en el
campo fueran muy largas, y podían prolongarse por varios días o incluso meses
en cuando la temperatura era más suave. El aprovechamiento del pasto para el
ganado implicaba hacer largos recorridos con las reses, y no permitía la vuelta
al hogar al terminar cada jornada.
De esta necesidad
de cobijo mientras se realizaban estas labores, surgen estas pequeñas
edificaciones.
La técnica de la piedra seca
Es como se conoce el método
constructivo empleado en este tipo de arquitecturas. Se basa en el empleo del
material cercano a la explotación ganadera, en el caso de Gredos la
piedra granítica. La construcción de un chozo servía tanto para guarecer al
pastor como para limpiar la finca de estos elementos que aplastaban el pasto y
estorbaban al ganado.
Se trataba de
usar esa piedra sin ningún otro elemento más que su propio peso y recurriendo
al perfecto anclado de cada pieza inmovilizándolas por medio de cuñas. Era una
técnica depurada que requería de ciertos conocimientos que se transmitían de
padres a hijos. Su origen se remontaría a la Prehistoria, más concretamente a
la etapa Neolítica, en la que los pueblos, nómadas hasta entonces, comienzan a
hacerse sedentarios amparados por el desarrollo de la agricultura y la
ganadería. Las piedras apenas se trabajan, solamente se emplea una maza de
hierro para retocarlas y para introducir otras piedras más pequeñas que actúan
como cuñas entre las losas más grandes. Se trata de una técnica efectiva, y por
ello ha perdurado en el tiempo, ya que no requiere de grandes medios para su
ejecución.
Aparte de los chozos, este
método se ha empleado en los paredones que hacen de linde entre las diferentes
propiedades y, en zonas agrarias, en los muros que aterrazan las laderas
delimitando bancales de cultivo.
Cubriciones
En general, estas
construcciones, a la hora de cubrir los espacios, siguen dos procedimientos: la
cúpula y el techado con vigas.
Cuando hablamos de
“cúpula”, hay que tener presente que el modelo más frecuente es el denominado
de falsa cúpula: un cerramiento que se da fundamentalmente en chozos de planta
circular, haciendo que el diámetro de las sucesivas hiladas sea cada vez menor,
con lo que gracias a su aproximación, se produce el cierre del conjunto.
En el apartado de las
techumbres sostenidas por vigas suelen presentarse pocas variedades. Este
procedimiento se utiliza para cubrir pequeñas construcciones de escasa altura,
reducidas dimensiones y plantas cuadrangulares o levemente rectangulares. Los
constructores se limitan a colocar tres o cuatro maderos de parte a parte de
los muros, para sobre ellos depositar finas lajas de piedra, tierra y cascajo.
Espacios complementarios.
- Puertas. La abertura
suele estar orientada hacia el sur para aprovechar la luz del Sol y no suele
superar el metro y medio de altura. Su anchura ronda los 70 u 80 cm de
promedio.
Lo verdaderamente
interesante de estos accesos son sus remates, que se basan en dos modelos:
- Con dintel: la abertura
se remata con una gran losa horizontal apoyada directamente sobre ambos lados
del muro, sobre las propias jambas o bien sobre dos losas colocadas a ambos
lados haciendo de rudimentarias impostas. Sobre este dintel se continúa el
cerramiento del conjunto.
- Con remate alzado: la
complejidad aquí es mayor ya que sobre las jambas de las puertas se articulan
elementos, bien en forma de arco o bien con la colocación de dos losas formando
ángulo formando un remate triangular.
Respiraderos:
En las escasas ocasiones en que los muros presentan aberturas, éstas no pasan
de ser pequeños ventanucos o respiraderos colocados en la parte alta, para dar
salida a los humos de los fuegos encendidos en su interior, o para adecuar la
construcción a una función específica.
- Chimenea: Suele
aparece adosada al muro por su cara interior, con desarrollo vertical hacia lo
alto, atraviesa el muro abriéndose camino hacia el exterior.
Acondicionamiento interior
En determinadas
circunstancias, se tiende a dotar a la construcción de una cierta “comodidad” y
así, en algunos casos aparecen elementos en su interior de función muy
específica como pueden ser: pesebres, alacenas o bancos adosados al muro.
Uno de los
ejemplos más interesantes es el denominado Chozo Blanco, ubicado en plena
Serrota.
Conclusión
Los hombres y mujeres que
vivieron de nuestros campos tuvieron que dar respuesta a sus necesidades de
cobijo; recurriendo a las piedras dispersas por sus tierras consiguieron
optimizar este recurso empleando una técnica milenaria, la de la piedra seca. Es
por ello que estas construcciones debemos entenderlas como un símbolo del
dominio de la tierra, pero no como lo entendemos hoy, sino de una forma
totalmente sostenible y ecológica.
Queriendo el Sol superar las altas cumbres.
Caminando entre piornos.
Ascendiendo con el pueblo del Guijo en el fondo.
Ya casi lo consigue el Astro Rey.
Panorámica de la Vera.
Este ya hace años que perdió pellica y carne.
Pareja de Participantes.
Ya se ve la Bigornia.
Control de la Bigornia.
La característica forma de la Bigornia.
El control.
Panorámica.
Parada en las Buitreras.
Descendiendo por la Cuerda de los Infiernillos.
A trabes de la niebla, se puede apreciar
la caída que hay desde este
punto de los Infiernillos.
Otra imagen de la cuerda.
Y otra.
Otro grupo en el recorrido.
Control de la Cobacha.
Control del Estecillo.
Otra más del mismo.
Machos monteses.
El Estecillo.
Encaramados en los riscos.
Trepando por ellos.
Accidentado durante la ruta,
esperando en el control
de la Portilla Jaranda
a que sea rescatado.
Ya llega el helicóptero.
Hablando con el herido.
Preparándole para la evacuación.
Ajustando la camilla.
Atando correas.
A hombros con el herido.
Descendiendo con él hasta el helicóptero
que se encuentra en el
fondo.
El helicóptero alejándose.
Otra más de este con el herido ya abordo.
Panorámica.
Descendiendo de la Portilla.
Cumbres entre las nieblas.
Panorámica de la Garganta Jaranda.
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