Llegada
al Piornal.
El domingo
día 8 de junio, realizamos la ruta que discurre entre las localidades del
Piornal y Plasencia, esta transita por bosques de castaños y robles que pueblan
la sierra que sirve de divisoria entre el valle del Jerte y la comarca de la
Vera, mas por otros bonitos parajes que ustedes podrán apreciar a trabes de las
imágenes que acompaño. El tiempo comenzó fresquito, pero según fueron
transcurriendo las horas el justiciero Sol fue calentando el ambiente, para
terminar nuestro recorrido con temperaturas por encima de los 33º. Aún con
esto, todos disfrutamos del bonito y fabuloso recorrido a trabes de estos
montes y parajes que se enmarcan en el Valle del Jerte. Pero antes de pasar a
mostrarles las instantáneas les contare algo de por estas tierras.
En esta ocasión déjenme que
les cuente algo sobre la historia de algunas localidades del valle del jerte,
en la cual se dice lo siguiente:
Algo de historia sobre el valle del Jerte
Sin lugar a dudas el término de Rebollar estuvo
habitado desde tiempos prehistóricos, ya que se han encontrado en multitud de
ocasiones restos de hachas, puntas de lanza, utensilios de molienda y las
tumbas antropomorfas halladas en el "Cerro de la Castañera" similares
a las halladas en las fincas del vecino término del Torno "El
Mojigato", "Romannejo" y en el Prado Camacho". Se han hecho
toda clase de elucubraciones sobre el origen de estas tumbas excavadas en la
roca viva, unos la han fechado en la edad de hierro, otros las relacionan con
altares prehistóricos de sacrificio, pero probablemente sean de carácter
tardorromano.
También como enclave neolítico destaca el
"Butracón", pequeña cueva, en forma de embudo, donde han ido
apareciendo restos diversos, tal que hachas y cerámica tosca.
Realmente no existen referencias validas de la etapa
prehistórica del Valle del Jerte ya que actualmente los estudios son casi
inexistentes, pero podríamos entender que la cultura céltica ha dejado algunas
manifestaciones aparentemente claras.
Una anécdota sorprendente recogida de bocas campesinas
sobre hallazgos arqueológicos en la zona, es la existencia de un
"Verraco" en el "Cerro Patín", que desapareció en las
primeras décadas del pasado siglo XX. Al parecer, un señor que preguntó por el
"Verraco" y se lo llevó a lomos de una caballería. Este tipo de
esculturas zoomorfas en piedra son características de la cultura vetona (de
origen celta).
En Extremadura se han identificado alrededor de 20
"Verracos" similares. Como ejemplo, cabría destacar la parte de un
verraco de origen vetón que se encuentra en la actualidad en el instituto de
E.S.O. "Maestro Gonzalo Korreas" de Jaraiz de la Vera, fechado entre
los siglos V al III a de C. Los hombres vetones rendían culto al toro y al
cerdo, que son fundamentalmente los dos tipos de animales que representan sus
esculturas. Eran divinidades protectoras de los recintos ganaderos que solían
colocarlos en las zonas de pastos y delimitaciones de las tribus, aunque
también se relacionan con la fecundidad.
La romanización de la cuenca valxeritense ha dejado
diversos testimonios arqueológicos, desde una red viaria de orden secundario
hasta numerosas muestras numismáticas, útiles de cerámica, recipientes
metálicos, baldosas, pesas de telares, etc., abundantes en el mencionado Cerro
Patín. Se han hallado también allí denarios de plata en muy buen estado de
conservación.
Surgimiento de Rebollar. Ojalvo (aldea matriz)
Durante
varios siglos el Valle del Jerte estuvo ocupado por cristianos y musulmanes sin
que ninguno lograse un dominio estable en el territorio.
Las primeras
poblaciones valxeritenses datan del siglo XII (periodo bajomedieval) donde se
destaca la estructura básica de poblamiento de la comarca: Asperilla, Ojalvo,
Peñahorcada, Navaconcejo, Cabezuela, Vadillo, Jerte, Tornavacas, como aldeas
ribereñas; y Piornal y El Torno, como núcleos serranos.
Desde esa fecha hasta el siglo XV, se produce una segunda repoblación, más
lenta y espaciada, que en algunos casos es un simple reajuste de poblaciones,
como en el caso de la Campana de Ojalvo.
Aunque no está realmente clara la procedencia de los primeros colonos,
parece ser que serían gentes castellanas y leonesas, incluso la contribución de
los asturleoneses y abulenses parece que han dejado una huella en las formas
dialectales del habla y en algunas costumbres.
El nombre de Ojalvo resulta imprescindible como referente histórico para
conocer el pasado del actual Rebollar.
Aunque resulta casi imposible saber con precisión cuando aparece Ojalvo, se
sabe que debió de ser de los primeras aldeas que surgieron a raíz de la
política repobladora que Plasencia siguió en su afán de habitar y aprovechar
las tierras más próximas, poco después de fundarse la ciudad por Alfonso VIII
(1186). Tampoco se sabe realmente si Ojalvo surgió en estas fechas como una
aldea nueva o se levantó sobre los restos de una población anterior, ya que
incluso algunos estudiosos estiman que existen antecedentes árabes.
El significado de "Campana de Ojalvo" se relaciona con la
administración eclesiástica. Es un término empleado, desde el periodo medieval,
para designar al conjunto de pequeños lugares adscritos a la jurisdicción de
una sola iglesia o parroquia. Es una metonimia del lenguaje donde la campana
representa y simboliza a la iglesia, de cuyos toques dependen varios poblados.
Esta agrupación eclesiástica estaba constituida por Ojalvo -como sede-,
Valdastillas y Rebollar.
En cuanto al origen etimológico de Ojalvo, parece que procedería de
"ojo-albo", donde "Ojo" iría asociado a la acepción de
fuente o manantial y "albo", en el sentido de blanco, aludiría al
carácter medicinal de la fuente.
Desde el siglo XIII aparece el nombre de Ojalvo en documentos de diversa
índole, destacando algún libro de montería donde se alude a los reyes y nobles
en sus cazas del oso y del puerco en los montes del Valle del Jerte (Val de
Xerete).
En 1468 Plasencia, como señora de su tierra, le concedió un terreno a la
aldea de Ojalvo, para aprovechamiento en común de los tres pueblos: Ojalvo,
Valdastillas y Rebollar, que formaban la ya comentada Campana de Ojalvo.
(Principal fuente de información: Acercamiento
histórico a la antigua campana de Ojalvo. Valdastillas. Fernando Flores del
Manzano.)
Y después de este pequeño recorrido de historia paso a mostrarles las
imágenes tomadas a lo largo del recorrido de la ruta, espero que sean de su
agrado.
El
Jarramplas
Casas decoradas.
Comenzamos
la ruta.
Ermita
de la Virgen de la Concepción.
Panorámica.
Dejando
atrás el pueblo del Piornal.
Ya metidos en faena.
Camino de Plasencia.
Entre
Robles y helechos.
El pueblo del Barrado.
En el fondo el Monte de San Bernabé.
Transitando por él.
Casas del Castañar.
El
Cabrero.
Los
helechos y Julio Cesar, “casi se lo comen”.
Descendiendo por una de las laderas.
Otra más.
Agua fresquita.
El
embalse del Jerte.
Otra más del mismo, y al fondo de este la ciudad
de
Plasencia, vista desde la era de San Bernabé.
Una de Pastos.
Riscos
de Villa Vieja.
Otra de los mismos.
Caminando hacia ellos.
Bonita senda.
Ahora
con gente.
El “Druida del Bosque”
con vestimenta contemporánea.
Ascendiendo
a los Riscos.
Transitando por ellos.
Panorámica tomada desde ellos.
Dirigiéndonos al punto geodésico de ellos.
Las buitreras.
Parte más alta de estos.
Otra
panorámica tomada desde este punto.
Valle
del Jerte en dirección al puerto de Tornavacas.
Valle del Tiétar.
Esperando para subir.
Descendiendo de los Riscos.
Otra más.
Por ir
en calzonas.
El calor aprieta.
Y la fatiga se aprecia en los rostros.
El amigo Juanjo estaba incluso enfadado.
O eso parecía.
Cuando nos encontrábamos con una fuente,
a por ella que
íbamos.
Otra más.
Y con esta concluyo. De aquí en adelante
a consecuencia
del calor,
se paraba poco para sacar instantáneas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario