lunes, 29 de abril de 2013

Guijo de Santa Bárbara-Losar de la Vera. 28-04-2013

Comenzamos nuestro andar
desde el Guijo observando la ventisca.
 
 
El domingo día 28 de abril de 2013, realizamos la ruta siguiente: Guijo de Santa Bárbara-Refugio de las Nieves-El Pareón-Refugio del Brezal-Losar de la Vera. Dicha ruta discurre por unos parajes de alta montaña maravillosos, siendo su dificultad un poco alta, aunque para el que no quisiera hacerla de esta manera había otra opción, en la cual no hacía falta ascender al Pareón. Pero de cualquiera de las dos formas el disfrute estaba garantizado. Con lo único que no contábamos para esta actividad fue con un invitado, que nos recibió en la montaña con enorme fuerza. Este no era otro que nuestro amigo el Viento, el cual nos estuvo soplando toda la jornada, además con implacable insistencia y fuerza. Por dicho motivo el día estuvo de los de nominados de Perros. Pero aún así disfrutamos delo lindo tanto los que hicieron el camino más corto, como los que realizamos el más largo. Simplemente con contemplar las imponentes sierras, con las ventiscas que azotaban sus cumbres, ya merecía la pena el soportal el duro vendaval con sus bajas temperaturas.
 
Al discurrir hoy nuestra actividad por  el vello marco de la comarca de la Vera no puede ser de otra forma, que dedique unas palabras a su más destacado producto el cual no es otro que su magnífico pimentón. De este producto se cuenta lo que sigue:
 
El Pimentón el oro rojo de la Vera.
 
El pimiento, del que se extrae el pimentón, tiene su origen botánico en el área Perú-Bolivia, desde donde se extendió a América Central y Meridional. En efecto, cáscaras de pimiento encontradas en tumbas de Perú, datan de hace más de 2000 años. Era un alimento básico para los aborígenes americanos, con diferentes usos culinarios, en función de las variedades de que se tratara. Cristóbal Colón trajo la planta a España en su tercer viaje, en 1493, considerando al pimentón posible sustituto de la pimienta que se importaba de Oriente (García París, 1991).

Las primeras noticias sobre este cultivo en la provincia de Cáceres datan de finales del S. XV. Fue iniciado por los frailes Jerónimos del Monasterio de Guadalupe, así llegó hasta el Monasterio de Yuste (Cuacos de Yuste), desde donde se trasladó a Murcia a través del convento de esta Orden en La Ñora. (Zapata et al., 1992)
Quedaron así definidas las dos zonas más importantes de España en cuanto a la producción de pimentón: La Vera en Cáceres y la Huerta de Murcia, aunque el pimentón de cada una de ellas es diferente por los distintos sistemas de deshidratación.
Los Interrogatorios de la Real Audiencia de Extremadura, en 1753, citan al pimiento entre los cultivos principales, en Jaraíz de la Vera, se dice, la fanega de pimiento se pagaba a doce reales. En los Interrogatorios de 1791, se vuelve a citar el pimiento entre los principales productos, junto al aceite, castañas, seda e higos.
A mediados del S. XVIII se producían en La Vera 1.000 arrobas de pimentón, superándose las 3.000 arrobas en 1791 según el Catastro de Ensenada, al incrementarse la superficie de este cultivo debido a la epidemia que asoló al castaño. Este incremento del cultivo tuvo consecuencias importantes para La Vera: se paliaron parte de las pérdidas ocasionadas por la epidemia del castañar, y se inició la industria chacinera, basada en el pimentón, esencial para la alimentación de la población verata. Además de para la alimentación familiar, se exportaba a otras provincias. Así se difunde la calidad del Pimentón de La Vera y se hace imprescindible su utilización en industrias chacineras de toda España.
El cultivo se asienta definitivamente a mediados del S. XVIII, en pequeños bancales en la margen derecha del río Tiétar, en los llamados linares, sustituyendo al cultivo del lino. Continuó su expansión durante el S. XIX, hasta convertirse en el cultivo que revolucionará el agro de la comarca a finales de siglo, desplazando a otros productos tradicionales en La Vera: el lino y la seda, ya que la industria textil artesanal no pudo competir con la moderna industria catalana. A principios del S. XIX La Vera era ya una importante zona productora; así lo confirma el Conde de Canilleros: "Jaraíz, es hoy, uno de los primeros centros de pimentón". (J. V. Serradilla. 1998),

En el Diccionario Enciclopédico de Agricultura, Ganadería e Industrias Rurales, de 1889, aparece el vocablo "pimentón", donde se habla extensamente de este producto en el mundo y sus técnicas de obtención. De la calidad del pimentón de La Vera dice "...pero en La Vera de Plasencia, que hoy produce el mejor pimentón de España, y hace grande empeño en mejorar su preparación, se aplican pimientos no muy largos, delgados, puntiagudos, picantes y de poco corazón....". La fuerte demanda extendió el cultivo, pasando a ocupar muchas tierras dedicadas a pastos, antiguas propiedades de la Iglesia y de los Bienes Propios de los Municipios, que pasaron a propiedad vecinal por las leyes de desamortización. Estas tierras se regaban con agua de las gargantas, posteriormente se crean regadíos en la margen derecha del Tiétar, ampliados mas tarde a la izquierda, al construirse el pantano del Rosarito, extendiéndose el cultivo del pimiento hasta el Campo Arañuelo.
El desarrollo del cultivo sembró de secaderos a La Vera, elemento imprescindible para elaborar el pimentón. Se construían en las explotaciones agrícolas. A lo largo de la historia de La Vera, ha sido el edificio rural más emblemático y característico del paisaje. (Sánchez López, 1999).
La extensión del regadío propició grandes explotaciones con el sistema del medierismo: el propietario parcelaba la tierra y distribuía las parcelas entre los medieros, que las cultivaban con ayuda de sus familias. En este sistema medieval de explotación de la tierra, el propietario corría con los gastos fijos y la mitad de los insumos (pesticidas, leña, etc.) y el mediero se hacía cargo de la explotación de la parcela con la mano de obra y la otra mitad de los insumos necesarios. Los beneficios obtenidos se repartían al cincuenta por ciento entre propietario y mediero, en el mejor de los casos.
Las profundas modificaciones del sector agrario en La Vera, a finales del S. XX, afectaron a sistemas de cultivo y mecanización, además de al régimen de explotación de la tierra y a las estructuras de la propiedad, desapareciendo el medierismo. Actualmente, muchas de las explotaciones están dirigidas o asesoradas por técnicos cualificados.
Tras el secado, el pimiento se machacaba en el mismo secadero con pisones de madera. Cuando aumentó la demanda, los agricultores empezaron a utilizar molinos hidráulicos de cereales que jalonaban las gargantas de La Vera. Su transporte se hacía en sacos (maquilones), equivalentes a 80 Kg. de pimiento.
Estos molinos quedaron en desuso con la electricidad y la instalación de la primera central hidroeléctrica de La Vera, en el término de Losar de la Vera. Cuando los pueblos veratos contaron con corriente eléctrica, se modernizó y desarrolló la industria pimentonera, hasta llegar a ser la primera industria de la comarca.
Pero no crean ustedes, que por que en esta ocasión no les cuente alguna historia de por estos lares, no existan historias  y leyendas. Nada más lejos de la realidad. La comarca de la Vera es rica en estas historias muestra de ello es el extenso repertorio que sobre esto existe en el acervo popular.  Y sobre todo en lo concernientes a duendes. Dicen que los duendes, aunque no se lo crean, recorren con sus cortas piernas toda Extremadura. Aparecen en Las Hurdes y en La Serena, en la comarca de La Vera, y en el Valle del Ambroz, en Trujillo y en Badajoz.
En la comarca de La Vera los duendes imponían juramentos que de no cumplirse acarreaban la infertilidad a las mujeres. Estos duendes han sido vistos e incluso se cuenta que a principios del siglo XX varios vecinos persiguieron a uno de ellos, en Garganta la Olla, en el paraje de San Martín cuando impuesto el juramento a una mujer, intentaron acabar con él para evitar la maldición. Estos duendes veratos miden unos 40 centímetros de altura, tienen un color verde especialmente brillante por la noche y cuando es descubierto huye muy rápidamente a cuatro patas, y en zig-zag.
Tienen pinta de ser parientes de los “Frailecillo” de los que Publio Hurtado ya nos habla en 1902, unos duendes que se iluminan con lucecitas verdosas o violáceas, se cuelan por las cerraduras y pellizcan en los ojos a la gente mientras duermen, cortan apéndices con navajas barberas y te cosen el culo si te descuidas.
Y encima no hay fuerza humana que los eche de la casa, porque pesan como si estuvieran rellenos de plomo, y cuando se escarranchan sobre una persona, la inmovilizan totalmente.
Otras historias existen también en estos pueblos como la que se tiene como tradición en el pueblo de Losar, esta es la del Manolo. Sobre esto algunos especialistas en estas tramas dicen lo siguiente:
Hace miles de años, cuando éramos romanos, celebrábamos en estas fechas, del 15 al 27 de marzo, las fiestas en honor de Attis, durante las que se reproducían los actos principales de la vida de este dios-hombre: nacimiento, emasculación, muerte y resurrección. Probablemente, aún antes, ya festejábamos la resurrección de la naturaleza y la llegada de la primavera y la fertilidad por estas tierras, y hoy en día, a pesar del paso del tiempo y de la historia, aún podemos descubrir, a poco que nos esforcemos, retazos poco ocultos de estos ritos. Aunque hoy le hemos negado el elegante nombre de Attis y lo llamamos, más cercanamente, Manolo, Morcillo, Peropalo o simplemente “compadre”. Es lo que tiene conocernos desde hace tantos siglos, que se coge confianza. Manolo es un pelele de Losar de la Vera que es privado de sus atributos varoniles. No es gratuito ni lo escribo para ponerles mal cuerpo, que todo tiene su razón de ser. Afirma el investigador Dominguez Moreno que existe una similitud entre esta fiesta y la castración de Attis. Sus festivales se desarrollaban al inicio de la primavera y en ellos se lloraba la muerte y se festejaba la resurrección de esta deidad frigia de la vegetación. En el llamado “Día de la sangre” los novicios se cortaban los testículos y los lanzaban contra la diosa Cibeles, la madre/amante de Attis. Estos elementos eran recogidos, empaquetados y enterrados, ya que se consideraban eficaces para llamar a la vida al dios y acelerar el renacimiento de la naturaleza. Esa misma noche “resucitaba” la efigie enterrada. La emasculación de Manolo, la supuesta sangre derramada y la manipulación de sus arrancados órganos viriles debieron tener como fin el vigorizar a la naturaleza para su renacimiento primaveral.
Pero sobre esto y otras cosas ya comentare en otra ocasión. Porque ahora sin más dilación, paso a exponerles las fotografías tomadas.

Cuenca de la Garganta Jaranda.

Panorámica del pequeño refugio de las Nieves.

Contemplando el ganado.
Ha este compañero y otro más por descuido nuestro,
les dejamos abandonados en el pueblo
del Losar de la Vera.

Imagen de algunos pueblos Veratos.

Una de pose.
Subiendo hacia el refugio.
 
Otra más.
Fuente en el refugio de las Nieves.

Otra de ella.
El fuerte viento casi te hacia despegar del suelo.
Y sino observen como se esforzaban el
par de pollos para que esto no ocurriese.
Panorámica.
Subida hacia el Pareón,
al cual se le divisa al fondo de la imagen.
Con esfuerzo todo se consigue.

Ya le tenemos al alcance.

  Jorge y Alfonso.
Jorge en él.

Julio Cesar en sus últimos metros.
Al abrigo que el Pareón nos daba.
Panorámica tomada desde este.
El que cuenta la película.

Por la otra vertiente del Pareón,
que es el que esta justamente por encima del grupo,
y del cual desciende una línea pétrea.
Panorámica con ventisca.

Olga y Jorge al abrigo de un vivaz.

Final del emboscado descenso que realizamos
hasta volver a coger el antiguo camino
que sube desde el refugio del Brezo.
Panorámica.
Refugio del Brezo.

Interior de este.
  Reponiendo fuerzas en él.
Comenzamos a bajar desde el refugio
 al pueblo del Losar.
Antiguo chozo de pastores.
  Otra de Jorge
De nuevo nos azota la ventisca.
  Bonita cascada.
Otra más de ella.
Llegada al pueblo del Losar.
Y esta fue la ganadora del día “El Emboscado”
¿No creen ustedes que se debería limpiar un poquito el camino?
 
 
 

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